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Sección: Vida
Restaurante Emiliano Comida y Vino, una joya culinaria escondida en Tepic
01/09/24 | 12:10 | Por: Ferran Ferrer
En el centro de la capital nayarita existe un lugar que combina la gastronomía local con nuevas técnicas y una mezcla de ingredientes dignos de probar.

En mi lista de ciudades capitales de México, existía una que no estaba aún visitada y era Tepic y qué grata sorpresa. Sé que utilizo a últimas fechas muy seguido esa palabra, pero es la realidad, me parece que mi trabajo está siendo el mantenerme sorprendido y espero también sorprenderlos a ustedes. 

En la permanente búsqueda de sabores, la tradición culinaria o la vanguardia, el sabor inmenso y lo desabrido, los desencantos y los encantos, siempre hay un encuentro afortunado y pocas las veces en donde uno no lo espera. Es así como llego a “Emiliano Comida y Vino”, un restaurante situado en el centro de Tepic, Nayarit, en donde, de primera vista, genera placer ya que está en una vieja casona adaptada con un gusto inmenso. 

La base del menú son recetas nayaritas que, por supuesto, y dada la cercanía, son platillos con sustento en el mar, los mariscos mandan, pero no deja de tener proteínas de tierra, así como una importante presencia de maíz. En general, el menú es una verdadera joya que sobrepasa la expectativa y que, de verdad, llama la atención por lo distinto que es; por ejemplo, la Papada al agave, cocinada por casi seis horas y macerada en miel de agave, acompañada de frijoles puercos. O las carnitas de conejo zarandeado, que sirven como una terrina. También los Tacos de pork belly, mejor dicho en castellano, de tocino con pulo, con frijoles puercos y rábanos y sandía, una combinación muy particular, pero que, sin lugar, a dudas cumple. 

El menú también ofrece queso panela con chicharrón, el cual se sirve en una pequeña cacerolita fundido y que tiene estos tropiezos de carne en la parte inferior, con una ensalada de tomates rostizados que completa este llamativo plato. 

La joya de la corona fue el pollito de leche, el cual te llevan completo; si el plato a la vista es un espectáculo, cuando lo pruebas surge una rica realidad. Se trata de un pollito tierno, marinado en chile morita ahumado y ajos rostizados, pero bañado en un novedoso y poco socorrido mole de hongo y setas tatemados a la parrilla, una receta que no estaba en mi compendio de conocimientos y me dejó con ganas de más.

No dejo fuera el risotto de mariscos cocinado en bisque de jaiba y ajos rostizados, y los camarones y bivalvos al vino blanco, coronados con queso añejo de la sierra nayarita, una maravilla culinaria. 

Los postres, al igual que el resto de la carta, han sido toda una revelación. El llamado solamente “Cítricos”, es un bizcocho de nata con tres leches especiadas, con puré de lima, helado de yuzu, suprema de toronja y naranja crujiente. También pedí una loquera llamada “Mango nata y cilantro”, que es una tarta de queso con sorbete de mango, gel de cilantro criollo y una palanqueta de chocolate blanco con tropiezos de mango, que cierran con broche de oro una experiencia fuera de serie. Desde el respeto a la tradición local, hasta una verdadera y muy bien trabajada técnica, te deja invitado a volver. 

Si bien la ciudad no tiene tantos atractivos, les recomiendo que vayan a Emiliano, ubicado en la calle de Emiliano Zapata oriente #91 en el centro de Tepic. Una maravilla escondida. Buen provecho.

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