Harto de todos estos menús en donde empezamos con tuétanos cocinados en horno Josper, que, dicho de paso, tienen precios fuera de contexto por algo que hace algunos años te regalaban los carniceros, pues se consideraba desecho para hacer un caldo, o de las coliflores rostizadas que los meseros venden con singular simpatía, dada la instrucción de un dueño que sabe de rentabilidad, me dediqué a investigar sobre un nuevo restaurante francés en San Luis Potosí.
Encontré La Belle Époque, una vieja casona ubicada enfrente del Centro Potosino de Convenciones, otra de las maravillas arquitectónicas de esta ciudad. Desde la llamada que hice para reservar, mi sorpresa fue grande, ya que la cortesía y amabilidad con la que me trataron fue muy distinta a otros lugares impersonales, donde te piden tu nombre, número de comensales y horario.
Llegamos a las dos de la tarde, el lugar estaba vacío, pero nos recibieron con una gran sonrisa y muchas atenciones. Ordenamos de tomar y llegó el pan, acompañado de un pequeño recipiente que contenía una rillette de chamorro y fue ahí donde pensé “esto va a ser una maravilla”. La rillette estaba perfectamente sazonada y con la cantidad correcta de grasa para aglutinar la proteína.
Ordenamos y comenzó el desfile de manjares, probamos la cazuelita del mar, que es una mezcla de almejas, camarón y pesca blanca con una crema de vino blanco gratinada que en verdad deben probar; el Brioche Bourguignonne, rico pan que envuelve un preparado de carne con vino tinto y tocino, servido sobre salsa Bourguignonne, un plato delicioso; Raviole de ave con caviar, y unos caracoles o Escargots a la mantequilla que no quedaron al punto de cocción, pero sí de sabor.
De plato principal, pedimos Pato Salteado con frutos rojos, elaborado con detalle, sin saber dulce y sin sobrecocción; las chuletas de cordero con miel y romero, siempre un plato difícil de conseguir, en donde la calidad del producto y el punto de cocción deben ser los correctos o simplemente estarás comiendo un pedazo de carne dura; este no fue el caso, ya que estaban en su punto.
Pero, sin duda, las estrellas de la mesa fueron el solomillo de cerdo en salsa de champiñones, el cual desbordaba de salsa y champiñones en cuartos, y el filete de res, que estaba sobre una salsa de vino tinto que estaba para voltear los ojos.
Belle Époque no es un lugar pretencioso, y digo esto porque no pretende ser francés, ES francés y eso lo reafirma su Chef ejecutivo, Emmanuel Dupont, ya conocido por algunos de nosotros, pues era el propietario de Le Pic du Midi, que lamenté cuando cerró sus puertas. Gracias a él y su brigada, los sabores dulces, salados, ácidos y amargos se vuelven una faena en tu paladar.
Vayan a este gran restaurante, ayudemos a que nunca cierren sus puertas. La Belle Époque se ubica en Benigno Arriaga 655, colonia Moderna. Pueden reservar al 444 422 9736, pero no abre los lunes. Como siempre, buen provecho.
