En un fallo determinante para las relaciones comerciales entre ambos países, México perdió la disputa con Estados Unidos sobre el maíz genéticamente modificado (GMO), según informó este viernes la Oficina de la Representante Comercial de Estados Unidos (USTR). El panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) resolvió que las medidas impuestas por México carecen de fundamentos científicos y restringen el acceso al mercado estadounidense, violando los compromisos adquiridos en el acuerdo comercial.
UN FALLO A FAVOR DE LA BIOTECNOLOGÍA AGRÍCOLA
La disputa se originó cuando el Gobierno de Estados Unidos solicitó un panel de resolución de controversias en 2023, tras el anuncio de México de prohibir el uso de maíz transgénico en la harina y masa para tortillas. Washington argumentó que la decisión carecía de respaldo científico y contravenía las reglas del T-MEC. El informe final del panel, emitido el 20 de diciembre, respaldó las siete reclamaciones legales presentadas por Estados Unidos.
La Representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, señaló que la decisión confirma las preocupaciones sobre el impacto negativo de las políticas biotecnológicas mexicanas en las exportaciones agrícolas estadounidenses. "Subraya la importancia de políticas comerciales basadas en la ciencia para garantizar la competitividad de los agricultores estadounidenses", afirmó Tai.
Por su parte, el Secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack, destacó que la postura de México contradice décadas de evidencia científica que avalan la seguridad de la biotecnología agrícola.
LA RESPUESTA DE MÉXICO: RESPETO, PERO DESACUERDO
El Gobierno de México expresó su desacuerdo con el fallo, argumentando que las medidas cuestionadas están alineadas con la protección de la salud pública y los derechos de los pueblos indígenas. Sin embargo, reconoció que respetará la decisión en cumplimiento de sus compromisos bajo el T-MEC.
En un comunicado conjunto, las Secretarías de Economía (SE) y de Agricultura (Sader) subrayaron que, aunque no comparten la resolución, consideran clave el sistema de solución de controversias del T-MEC, que ha beneficiado a México en otros casos, como el relacionado con las reglas de origen en el sector automotriz.
IMPACTO Y PRÓXIMOS PASOS
México cuenta con 45 días para cumplir con las conclusiones del panel y ajustar sus medidas. La decisión también pone de relieve el desafío de equilibrar las políticas nacionales con los compromisos internacionales en el marco de acuerdos comerciales.
Estados Unidos continuará supervisando el cumplimiento de México, mientras ambas naciones buscan evitar tensiones mayores en su relación comercial. La controversia también pone en el centro del debate global la relación entre la ciencia, la política y el comercio, especialmente en temas de biotecnología agrícola.