La inclusión laboral de personas con discapacidad en San Luis Potosí ha registrado avances en los últimos años gracias a la apertura de empresas y organizaciones, aunque aún persisten retos para fortalecer su acceso al mercado laboral.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cierre del 2023 en SLP había 2 mil 748 empresas que empleaban a personas con discapacidad.
Monserrat Vázquez, gerente de Vinculación Laboral de la asociación civil “Juntos, una experiencia compartida”, explicó que desde hace 12 años la organización trabaja en la colocación de personas con discapacidad en empleos formales.
Hasta el momento, han logrado vincular de manera directa a mil 500 personas y de forma indirecta a 3 mil.
Sin embargo, la demanda sigue siendo alta. Actualmente, la bolsa de trabajo de la asociación cuenta con 210 personas en búsqueda de empleo, además de grupos en capacitación que pronto egresarán y se sumarán a la búsqueda de oportunidades.
“Apenas estamos atendiendo al 2% de las personas que están en edad y con posibilidades de estar en un empleo ordinario, el reto es muy grande e importante”, señaló.
De acuerdo con la especialista, las personas con discapacidad motriz tienen mayores oportunidades de conseguir empleo, especialmente aquellas que han sufrido amputaciones por enfermedades como la diabetes o accidentes.
En contraste, las personas con discapacidad visual enfrentan más dificultades para incorporarse al mercado laboral.
Entre las empresas que han apostado por la inclusión laboral en San Luis Potosí, mencionó a 3M y el Centro de Fomento para la Inclusión (CEFI), así como a emprendedores que han desarrollado negocios propios en áreas como la masoterapia.
A pesar de que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ofrece incentivos fiscales para las empresas que contraten personas con discapacidad, estos aún no son aprovechados en su totalidad.
Entre los beneficios se encuentran: deducción del 25% del salario pagado a personas con discapacidad; deducción del 100% del ISR de los ingresos de estos trabajadores, y deducción del 100% de las adaptaciones realizadas en las instalaciones para facilitar la accesibilidad.
No obstante, subrayó que estos estímulos siguen siendo opcionales. Otro reto importante es la brecha de género en la inserción laboral de mujeres con discapacidad.
“De cada 10 personas que se logran colocar, dos son mujeres y el resto son hombres o no binarias”.