...hoy, con una velocidad de la epidemia en SLP mayor a la nacional; hoy, con el coraje que da ver a quienes prefieren no creer, escribiré no a nombre de mi Universidad, pero sí con el orgullo de ser parte de ella.
El primer punto es que esta pandemia se ve con diferentes ojos. Algunos con temor absoluto recluidos en sus casas, otros con necesidad de trabajar para comer y sin oportunidad de temerle a la enfermedad, los niños y los adolescentes histéricos queriendo salir aunque sea para cumplir con las tareas escolares más exigentes, los políticos buscando alentar sacando cifras positivas, aunque sea a base de un poco de circo. En fin, nadie, incluyéndome, le hemos atinado a las cifras, empecé diciendo en junio juntos, después le cambié a julio y hoy ya no sé, aunque quiero pensar que siempre juntos (que ahora también lo dudo por tanta polarización social que existe en el país). ¿Por qué hemos fallado? simple, por la movilidad y las comorbilidades. Así que pronto aprendimos en la UASLP que si queríamos hacer algo sería para el corto, para el mediano y para el largo plazos.
En el corto plazo lo primero fue generar material de comunicación, montar el laboratorio de muestreo molecular y desarrollar gracias a la enorme colaboración con colegas del IPICYT una aplicación para mapear casos sospechosos. El resultado es que los materiales de comunicación (sobre todo el de cuidado en casa) tuvieron amplia distribución, el laboratorio ha analizado más de cinco mil muestras desde marzo pasado y con la aplicación hemos logrado generar mapas locales que nos ha permitido diseñar la segunda fase de intervención. En este primer periodo, además logramos un apoyo significativo de la convocatorio Copocyt-Gobierno del Estado y uno de nuestros investigadores líderes estuvo apoyando directamente brotes que se presentaron en el Estado de Coahuila.
La segunda fase la hemos iniciado con proyectos en extremo importantes: i) se inició con autorización de la Secretaría de Salud la aplicación de la terapia con plasma convaleciente (se aíslan anticuerpos de pacientes recuperados y se les aplican a sujetos enfermos); ii) se diseñó un cubrebocas genial y ya se mandaron a fabricar 2000 unidades; iii) se ha iniciado el proceso para desarrollar un método innovador para diagnóstico temprano de Covid-19 que de resultar será en extremo útil para disminuir los contagios, el trabajo lo iniciamos en Coahuila pero de resultar seguramente se aplicará en el resto del país; iv) se montarán Unidades Covid con estudiantes e investigadores en barrios que demuestren alto riesgo (estas Unidades al principio solamente tendrán como finalidad la comunicación y la telemática).
Para la tercera fase (a iniciar en octubre), se trabajará sobre el monitoreo de virus en biota (murciélagos, roedores, mosquitos -contamos con autorización de colecta de parte de autoridades federales-). También para esta fase esperamos ya contar con la autorización del comité de bioética local para el muestreo de influenza, dengue, COVID-19, sustancias químicas más biomarcadores de daño renal, daño pulmonar, diabetes, etc. Los estudios se realizarán en niños, mujeres y trabajadores en precariedad laboral.
Finalmente, la cuarta fase incluye la generación de nuevos programas educativos para niños, mujeres urbanas, mujeres indígenas, jóvenes. Se incluye además la creación de nuevas opciones educativas en la UASLP (carreras técnicas universitarias) y de propuestas de capacitación para trabajadores informales. Para esta última fase, en la Facultad de Medicina ya se creó la División de Estudios Superiores para la Equidad.
Notarán que no puse nombres de investigadores y salvo en el último caso, tampoco nombres de Dependencias, porque lo que está pasando en la Universidad es increíble, la inteligencia se ha unido al corazón. Que el virus lo sepa y lo sepan todos, no están solos y nadie se ha cansado. Aquí nadie se raja.