La Antártida fue explorada y en el mundo había siete veces menos población (en América Latina había casi 30 veces menos). Se patentó la primera máquina de escribir pero menos del 20% de la población mundial estaba alfabetizada. La expectativa de vida en Europa era de 33 años (ahora supera los 75 años), en 1880 la expectativa de vida mundial era de 27 años. Eso sí, el ambiente, salvo en las ciudades, muy bien. Todos los marcadores de contaminación y pérdida de biodiversidad se incrementaron apenas en el siglo 20. Pero las ciudades eran otra cosa, 1820 también tenía su pandemia, en ese año de cólera, y solamente en Indonesia murieron 100 mil personas. La gente moría de muchas cosas, pero ya no de viruela, para dicha enfermedad ya existía una vacuna (lean la fascinante historia de las vacunas y de la expedición del Dr. Balmis a América con niños huérfanos que utilizó para preservar en su sangre la vacuna contra la viruela, que después inyectaba a toda la población de América y Asia).
Bueno, esa era la vida hace 200 años y sabemos como es la vida en el 2020, pero ¿Cómo será la del 2222? Veamos, si Usted estuviere en una Isla abandonado ¿Qué necesitaría para sobrevivir? simple, agua abundante y limpia; alimentos variados, abundantes y limpios; y por último, algo que no siempre pensamos, aire, pero aire limpio. En el año 2222 habrá agua y mucha, simple, se potabilizará la del mar (es fácil pensar que habrá métodos para limpiar el agua del mar, quitándole la sal, los microplásticos y los miles de químicos). Habrá alimentos, sobre todo a partir de invernaderos y de transportar el agua desde las costas hasta el interior de los países, en acueductos. ¿Qué se necesitará energía? Eso no será problema, para entonces la energía del sol estará domesticada (el límite actual está en el almacenamiento, pero en 200 años, bueno mucho antes, esa limitante se habrá superado). Con la energía solar ya no habrá quema de combustibles fósiles y por lo tanto la contaminación será mucho menor, habrá mejor aire. Pero además soy optimista y creo que la biotecnología avanzará tanto, que el verde abundará por todas las ciudades. Pero además, para el futuro veo un retorno al campo y ya no un crecimiento enorme de las metrópolis (la violencia, las enfermedades y la falta de recursos operarán en contra del urbanismo desenfrenado como en la actualidad).
La pregunta es que si entonces la humanidad con agua, aire y alimentos, más abundantes y económicos, será feliz. ¿Qué tanta inteligencia artificial estará aplicando la humanidad? ¿En la policía y en el poder judicial? ¿En qué estarán trabajando todos aquellos desplazados por la robótica? ¿La expectativa de vida habrá superado la barrera de los 100 años? ¿Cuántas pandemias se habrán cursado? ¿Cuántas especies habrán sobrevivido al cambio tecnológico y de pensamiento filosófico? ¿China seguirá siendo China o cuántos países se habrán generado? ¿El hombre se habrá dado cuenta que de nada sirvió ir a Marte y que lo importante era salvar la vida aquí en el planeta? ¿La realidad virtual será copia de la realidad? o cada uno podrá escoger su propia realidad.
¿Viviría Usted dentro de 200 años? ¿Le gustaría haber vivido hace 200 años? Sé que soy injusto preguntarlo hoy, en este año pandémico y de incertidumbre económica total. Además, las preguntas no pasan de ser un tema para alguna copa de vino con un amigo por zoom; porque la vida que nos tocó vivir es ésta y no hay otra. Ahora, que si Usted es de los míos que piensan que la vida es la vida y la muerte es una vida diferente, bueno, entonces, no podemos ser pesimistas. La vida es el ahora y el futuro comienza pasado el segundo que acaba de transcurrir.
Así es, creo en la felicidad porque estoy rodeado de amor y de sonrisas. No quiere decir que no he sufrido, pero justamente por eso, escojo ser feliz. Me importa poco el cuando vivir.