Una en los diarios potosinos fue sobre que los antros y bares abrieron y tuvieron clientes. La otra, una encuesta en el Financiero la cual señala que casi el 20%, es decir, uno de cada 5 chicos y chicas del rango entre 18 y 29 años (edad antrera), no creen en el coronavirus. Sé que generalizaré, pero la verdad quiero ser provocativo y faltarle el respeto a quien se lo tenga que faltar, así me lleve a la mayoría por delante. La verdad es que a los jóvenes les vale. Que un 20% de los jóvenes adultos hayan adquirido la comodidad del “no creo”, es un porcentaje altísimo en términos de transmisión comunitaria de la enfermedad. Son los que van a los antros, a los bares y a cualquier lugar. Platican y ríen, pero además si beben y comen, pues está difícil que usen cubrebocas. Entrados en la noche, hasta la separación se achica.
Entiendo y cómo no entender que la gente tiene que trabajar, tiene que comer. Está cansada y el aislamiento social provoca síntomas de tristeza y agudiza la depresión. Quiere ir a la playa, quiere ir al parque, mi hijo llora por estar con sus amigos. En Israel y en Serbia, protestan contra el mal manejo de la enfermedad haciéndolo sin cubrebocas y en aglomeraciones de miles. Protestan contra las crisis económicas y esto apenas empieza. Por mi casa duele ver anuncios de se venden bolis, se venden tacos, negocios que surgen en tanto muchos cierran. ¿Cómo pedirle a un joven que no se divierta?
Para esta hora a muchos ya nos llegó el coronavirus. Después de una comida familiar 12 infectados y dos muertos. Después de que se abrió la planta 60 infectados y quien sabe cuantos más después de ellos. En Tamazunchale, en Valles, Matehuala, ya nadie se salva. Hospitales al punto de colapso en varios lugares del país y en la ciudad de San Luis Potosí. Pero siguen diciendo que todo se está calmando y siguen sin usar cubrebocas. ¿Sabrá el Señor Presidente López Obrador que él tiene que usar cubrebocas porque tiene una responsabilidad con nosotros? La gente votó sintiendo que él podría ser el cambio, pero actúa como los chicos de 18 y 29 años. Entiendo las razones por la cual va a un restaurante, entendí la razón por la cual viajó a Estados Unidos a hablar con alguien del cual escribió un libro, entiendo que busque animar al pueblo. Sabe que ese pueblo tiene que estar en la calle, trabajando hasta morir, sabiendo que ahora puede ser una realidad literal. Pero entonces, ¿por qué no usa cubrebocas? ¿por qué la autoridad de salud pide responsabilidad social y tampoco lo usa?
Por eso seré curioso señor Presidente, ¿De qué se ríe? escribió Benedetti, y alguna vez usé esta frase contra Salinas de Gortari, nunca me imaginé utilizarla contra alguien que dice que ama al pueblo. Porque esto se trata de salud pública no de ideología política y lejos muy lejos estoy de ser neoliberal. De lo que si se trata es de ser conservador; se trata de que la gente conserve la vida. Los estudios lo demuestran, los modelos lo demuestran, los líderes científicos del mundo lo gritan, el cubrebocas ayuda a bajar la mortalidad.
El cubrebocas Señor Presidente lo debe usar por concepto, por respeto, por norma de salud. El cubrebocas lo debe usar Usted Señor Presidente justamente porque es lo único que pueden usar para cuidarse los mineros artesanales, los ladrilleros, los pepenadores, los cajeros, los meseros, todos los 31 millones y más ahora de trabajadores informales. Muchos de los cuales Señor Presidente votaron por Usted y sé que lo volverían a hacer. Por ellos Señor Presidente, por el ejemplo. Por ellos Señor Presidente, por el pueblo.