San Luis Potosí, S. L. P. México
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WEY YA
24/05/20 | 10:03 | Por: Fernando Díaz-Barraga
¿Cómo explicarle a la sociedad que está en riesgo, cuándo dicha sociedad lo que quiere es ignorar? Me ocurrió la primera vez en Morales cuando señalamos que la planta de cobre les afectaba la salud; me volvió a ocurrir en Villa de la Paz, entonces por la operación de una mina. En fin, la percepción de riesgo es del tamaño del interés en juego.
Me explico, si del riesgo recibo un beneficio entonces minimizo el riesgo. Un típico ejemplo es el tabaquismo. Quien fuma recibe un beneficio en cada inhalación del tabaco y entonces minimiza el riesgo de cáncer (y de decenas de enfermedades más). Quien maneja a exceso de velocidad minimiza la probabilidad de un accidente por la adicción al estrés acumulado.

En el caso del coronavirus, sí, ya se imagina Usted que la percepción es proporcional al efecto económico. Para quienes la cuarentena ha significado pérdida de bienestar o inclusive hambre, por supuesto el riesgo a la infección es aceptado. Un obrero de la planta de arsénico de IMMSA me señaló hace algunas décadas que si por trabajar con arsénico la probabilidad era el cáncer después de 20 años de exposición, por el despido laboral de cerrar la planta por contaminante, él y su familia morirían de hambre en semanas, sus palabras aún resuenan en mi memoria. Entons que mi doc, ¿Qué es más tóxico?, el arsénico o el hambre. Entons que mi doc, ¿Qué es más peligrosa?, la pandemia o la crisis económica.

¿Saben cuántas veces me han dicho los últimos días, wey ya? Lo entiendo pero por desgracia no lo acepto. La salud no lo es todo pero sin salud todo lo demás nada vale. Lo he dicho mil veces, de la crisis económica podemos salir, de la muerte jamás. Es como cuando en clase le pregunto a los estudiantes, ¿Eliminarían a una sustancia química que matara a un solo niño en todo SLP? y por supuesto que contestan negativamente porque un niño no es representativo de toda la población potosina. Entonces les digo que cuál sería su respuesta si ese niño fuese su hijo. Así que entiendo el wey ya, pero tendré que aceptar que soy necio o efectivamente wey.

Ahora bien, la crisis económica Post-Covid en Italia, Estados Unidos, Suecia o México será diferente y claro que merecemos preguntarnos ¿Por qué? simple, porque nuestro país ya estaba destruido y este coronavirus no hizo nada más que desnudarnos. El SARS-Cov-2 ha visibilizado ese México negro de silencios olvidados por todos los gobiernos de todos los colores y sabores. ¿Educación a distancia? Solamente 50% de los hogares mexicanos tienen computadoras. ¿Internet en territorios indígenas? Nos llevó cuatro años tener un internet en zona Teenek de la Huasteca Centro. Todos los presidentes, todos, incluyendo el actual, han prometido internet para todos y estoy entendiendo que el término todos no somos todos.

Así que no culpen a un virus del desastre económico que se viene, la vulnerabilidad ya existía, en salud (20% de la población sin acceso), en educación (9 años de escolaridad promedio en México), en desarrollo (el nivel en el 2019 alcanzó un nivel idéntico al de 1990, 30 años perdidos en corrupción y pésimos funcionarios). Pobreza persistente, 75% de quienes nacen pobres mueren pobres, acceso a la educación superior mayor del 50% para los de alto nivel socioeconómico, 2% (si leyó bien, dos porciento) para los pobres extremos. 35 millones de mexicanos en informalidad. Nada, nada de esto tiene que ver con el coronavirus. Así que Way ya?, así vamos a seguir?

Hace como ocho años tuve la gran oportunidad de hablar con quien fue el primer presidente del Territorio Vasco Autónomo (cuando el dictador Francisco Franco otorgó la autonomía pero no la economía al pueblo vasco). Entonces él me dijo que cuando tomó posición era pobre con una gran riqueza. Sin dinero pero con un pueblo unido.

¿Qué le pasa a México? Simple, hemos estado infectados en todos estos tiempos y nadie ha buscado la vacuna contra la indiferencia y falta de justicia. Así que tendríamos que decirnos a nosotros mismos, hasta cuando wey, hasta cuando. Por qué mira que este virus si que está bien jodido. Aunque yo tengo la cura, empieza con un maestro y termina con educación.
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