El hecho es que la violencia que vivimos nos está llevando a situaciones de crisis. Una crisis que está afectando nuestra salud, subsistencia y progreso, y se origina por la interacción de diferentes tipos de violencia, no sólo la física como se plantea en los medios de comunicación. Resulta que existen más tipos de violencia que hemos naturalizado y aceptado, porque "así vivimos" o "así es México".
Cuatro son las violencias que nos afectan, la primera es la directa, la física o la criminal. De esta todos tenemos alguna experiencia, pero otras tres violencias menos famosas también nos afectan. Así, tenemos la violencia estructural, que se da cuando nuestras necesidades básicas no son cubiertas y se refleja en la pobreza, la marginación, la carencia de agua potable, un mal sistema educativo, etc. Otra más es la violencia ambiental, que es producida cuando nuestras acciones degradan el ambiente donde vivimos, como el humo de los carros, la contaminación de las industrias o la deforestación. Por último, está la violencia cultural, que nos habla de los pensamientos y prejuicios sociales que justifican otros actos de violencia; un claro ejemplo es creer que el hombre es superior a la mujer o que la homosexualidad es una condición no natural. En conjunto, la interacción de estos cuatro tipos de violencia conforman la violencia multimodal, que conduce a situaciones de crisis que como ya lo apuntamos, afectan nuestro desarrollo.
Por ejemplo, imaginemos a una mujer de origen Teenek que cocina con leña, el uso de leña para cocinar es una práctica que se realiza en contextos de pobreza. Además, es un problema asociado a la desigualdad de género, pues las mujeres son la población más afectada al creer que "deben estar en casa". Por otro lado, favorece la deforestación de la región, la contaminación del aire y la exposición a diversos contaminantes. Finalmente, también provoca lesiones y quemaduras. En conclusión, afecta la salud integral, el desarrollo y vulnera los derechos humanos. Así es como los actos de violencia se van transformando y generan escenarios de violencia multimodal propensos de llegar a situaciones de crisis, pero fuera del contexto de guerra. La pregunta es, ¿qué podemos hacer ante estas violencias?
La respuesta más común ante la violencia es la Paz pero, así como la violencia, la Paz es un concepto complejo y difícil de alcanzar. Los teóricos de la Paz nos hablan de dos tipos de Paz, una relacionada con la falta de violencia (Negativa) y otra que se edifica al satisfacer las necesidades básicas y promover los derechos humanos (Positiva). Sin embargo, la Paz debe construirse desde una perspectiva más amplia que combata las cuatro caras de la violencia, esto significa que la Paz debe ir más allá de las relaciones humanas y tomar en cuenta por ejemplo, que el ambiente es una víctima más de la violencia, pues las lesiones que le hacemos al ambiente nos afectan porque somos parte de la naturaleza.
En conclusión, todos estamos de acuerdo que en México necesitamos Paz, pero la Paz debe construirse. Comienza con la reflexión de cada persona como agente violento, pero también como víctima de violencia. No es "normal" vivir la violencia, y debe quedar claro que el obstáculo más grande para la Paz es la naturalización de la violencia.