La ingesta necesaria de agua sigue siendo motivo de investigación en la ciencia moderna. Aunque la cantidad de los dos litros es un mito ampliamente extendido, sí es verdad que beber suficiente agua es una necesidad vital.
Desde la pérdida de peso hasta el manejo de condiciones médicas como la migraña y las infecciones urinarias, la relación entre la ingesta de agua y la salud es compleja y multifacética. Un enfoque clave en esta área ha sido comprender los impactos del aumento de la ingesta de agua en diversos contextos.
PREVENCIÓN DE INFECCIONES URINARIAS
Beber más agua podría ser clave para prevenir infecciones urinarias recurrentes en mujeres. Un ensayo realizado con 140 mujeres premenopáusicas demostró que aumentar el consumo diario en 1.5 litros redujo el número de episodios de infección y el uso de antibióticos. Lo curioso de este enfoque no es solo su efectividad, sino que es seguro y sostenible. Lo convierte en una alternativa atractiva frente al uso excesivo de medicamentos.
Por otra parte, investigadores plantean que un mayor volumen de agua ayuda a diluir y eliminar bacterias en la vejiga, un factor importante para reducir el riesgo de infecciones. Este hallazgo es especialmente importante en un contexto donde la resistencia a los antibióticos es una preocupación creciente a nivel global. Aunque, lo cierto es que muchos facultativos tenían evidencias anteriores a este estudio y suelen recomendar la hidratación para estos casos.
IMPACTO EN FORMACIÓN DE CÁLCULOS RENALES
La prevención de cálculos renales es otro beneficio asociado a una mayor ingesta de agua. Los datos revisados indican que un consumo que permita alcanzar un volumen de orina diario de 2 litros o más puede reducir a la mitad el riesgo de recurrencia de cálculos renales en personas con antecedentes de esta afección.
En un estudio, los participantes que aumentaron su ingesta de agua experimentaron un tiempo significativamente mayor entre episodios de formación de piedras.