Además de poder regenerar partes de su cuerpo, como el corazón, la columna vertebral y el cerebro, los ajolotes pueden aceptar órganos y extremidades trasplantados de otros ajolotes sin riesgo de rechazo, un rasgo que los hace interesantes en el campo de la investigación médica.
Los ajolotes fueron nombrados tras el dios azteca del fuego y el rayo, Xolotl, que podía adoptar la forma de una salamandra.
Xolotl también está relacionado con perros, y “atl” es la antigua palabra azteca para decir “agua”, por lo que “axolotl” a veces se traduce como “perro de agua”.
Es un anfibio carnívoro. Se alimenta de pequeños crustáceos, larvas de insectos, gusanos, babosas, caracoles, lombrices, renacuajos y algún pez.
Su genoma es el segundo más largo del reino animal, con 32 mil millones de pares de bases. Es 10 veces más largo que el genoma humano.
México celebra el Día Nacional del Ajolote el 1 de febrero.