Para poder seguir una adecuada alimentación en invierno, es imprescindible aprovechar los alimentos de la estación y del lugar donde vivimos. Es tiempo de consumir tubérculos, frutos secos madurados durante el verano y estofados de verduras nos aportarán calor y estabilidad.
En el caso de los vegetales, las verduras de temporada de frío tienen propiedades muy útiles contra la tos y resfriados. Por ejemplo la cebolla y ajo cuentan con propiedades antisépticas (eliminan microorganismos dañinos) y mucolíticas (favorecen la expulsión de moco) previenen o ayudan en la recuperación de infecciones respiratorias.
Durante la temporada invernal se dispone de alimentos con mayor contenido calórico, como legumbres, papas, o camote que permiten acumular energía para mantener el calor corporal.
En México, la Secretaría de Salud recomienda disminuir el uso de grasas en la elaboración de alimentos y en el caso de bebidas evitar añadir azúcar en su preparación. Esto es para evitar el aumento de peso en esta época. Además de una buena alimentación recuerda que es necesario realizar actividad física por lo menos 3 veces a la semana, así como acudir a su Unidad de Salud más cercana para una orientación personalizada.
CONSEJOS PARA UNA BUENA ALIMENTACIÓN EN INVIERNO
> Comenzar el día con algo que nos caliente, como por ejemplo, una leche especiada. Que la mayor parte de nuestras preparaciones sean alimentos calientes, cocinados, ligeramente grasos y bien condimentados va a mantenernos con calor.
> Evitar las bebidas y los alimentos a temperatura fría, nos debilitan y restan energía.
> Las verduras cocinadas generan calor: calabaza, puerro, cebollas, zanahorias, remolacha y otras verduras de raíz serán bien recibidas y aportan fuerza. Asimismo, una pizca de especias o hierbas ligeramente picantes como el ajo, el jengibre, la pimienta negra, la canela o el perejil y, nos ayudarán a calentar el plato.
> Los cereales integrales remojados y cocidos, como la avena, el arroz integral, la tapioca y las legumbres en forma de estofados y cremas nos ayudarán a generar calor interno.
> Las sopas y caldos, los reyes del invierno: nos a extraer los nutrientes de los alimentos y ponerlos a nuestra disposición de una forma fácilmente asimilable.
> Es mejor reducir o evitar los alimentos excesivamente dulces, crean frío y humedad. Pondremos especial atención en no caer en el abuso de los alimentos demasiado densos y pesados como la bollería o el pan.
> Para el invierno podemos usar más aceite de buena calidad en la cocción. En ocasiones, una fritura bien elaborada nos dará un impulso de calor y saciará el deseo de alimentos grasos y de textura crujiente.