Cuando pensamos en criaturas marinas que nos impresionan, el pez globo ocupa un lugar destacado por su apariencia curiosa y su capacidad de inflarse. Sin embargo, detrás de su aspecto, que podríamos denominar adorable, se esconde un ser que puede resultar mortal.
Este pez combina una apariencia inofensiva con uno de los venenos más potentes del reino animal. La tetrodotoxina es una sustancia muchas veces más tóxica que la estricnina o el cianuro, capaz de paralizar el sistema nervioso humano en cuestión de minutos.
El pez globo pertenece a la familia Tetraodontidae, un grupo de peces conocidos por su capacidad para hincharse como mecanismo de defensa, de modo que aumentan mucho su tamaño; esto hace que parezca más difícil de tragar para sus depredadores. Estos peces cuentan con una piel espinosa y resistente, pero carecen de escamas.
Este rasgo anatómico les otorga una textura áspera que les ayuda a evitar ser capturados por sus depredadores. Pero lo que más llama la atención del pez globo es su habilidad para agrandar aparentemente su tamaño. Lo consiguen llenando su estómago elástico con agua o aire, adquiriendo una forma esférica casi perfecta y más voluminosa.
VIVIENDO EN AGUAS TROPICALES
Los peces globo habitan principalmente en aguas tropicales y subtropicales de océanos como el Pacífico, el Atlántico y el Índico. Suelen preferir zonas costeras y arrecifes de coral donde pueden encontrar refugio y alimento.
Aunque la mayoría de las especies se encuentran en aguas saladas, también existen algunas variedades que habitan en aguas salobres de lagos y lagunas e incluso en ríos, adaptándose a diferentes tipos de ecosistemas.
El hábitat de estos peces es crucial para su supervivencia, ya que les proporciona tanto un refugio frente a depredadores como acceso a sus fuentes de alimento preferidas. Sin embargo, la sobreexplotación de los arrecifes y la contaminación de los océanos ponen en peligro a algunas especies de pez globo, que dependen de ecosistemas saludables para prosperar.