Desde al menos septiembre pasado, fiscales de Estados Unidos advirtieron a sus contrapartes mexicanas que los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, conocidos como Z-40 y Z-42, continuaban encabezando operaciones criminales desde prisión, principalmente en la frontera de Tamaulipas, señalaron fuentes de seguridad consultadas.
ALERTAS SOBRE OPERACIONES DESDE PRISIÓN
Según diversas alertas emitidas por las autoridades estadounidenses, los líderes de Los Zetas mantienen el control operativo de células del Cártel del Noreste y de la facción conocida como Zetas Vieja Escuela, ambos con presencia activa en el estado de Tamaulipas.
Las operaciones en la franja fronteriza, de acuerdo con estos reportes, son ejecutadas a través de familiares y antiguos subordinados de los hermanos Treviño, quienes mantienen comunicación constante con sus enlaces externos.
Para las autoridades de Estados Unidos, el Cártel del Noreste es considerado la sucesión directa de Los Zetas, estructura que sostiene una disputa por el control territorial con el Cártel del Golfo, organización que mantiene influencia en zonas estratégicas de Nuevo León y Tamaulipas mediante diversas células.
PRIORIDAD PARA ESTADOS UNIDOS
Con base en estos antecedentes, la extradición de los hermanos Treviño Morales se convirtió en una prioridad para los fiscales estadounidenses, quienes retomaron la exigencia con mayor insistencia tras la llegada de Donald Trump a la Presidencia.
Las mismas fuentes indicaron que el problema de las operaciones de Los Zetas fue planteado a la actual Administración federal encabezada por Claudia Sheinbaum, ante el resurgimiento de la violencia en la frontera norte.
ORIGEN Y LEGADO DE VIOLENCIA
Los Zetas surgieron originalmente como el brazo armado del Cártel del Golfo en Tamaulipas, estado fronterizo con Texas. Posteriormente, rompieron con esa organización y sembraron el terror en diversas regiones del país, caracterizándose por tácticas de extrema violencia, como decapitaciones y la exhibición de cadáveres colgados en puentes.
Entre sus crímenes más atroces se encuentra la masacre de migrantes y de pobladores de comunidades enteras, actos que los consolidaron como uno de los grupos más sanguinarios del crimen organizado en México.
CAPTURA Y RESISTENCIA LEGAL
En 2013, Miguel Ángel Treviño Morales, alias Z-40, fue capturado en el estado de Nuevo León, cerca de la frontera con Estados Unidos. Su detención ocurrió sin que se registraran disparos, aunque las autoridades reconocen que su poder se mantuvo activo desde prisión.
Treviño Morales operaba principalmente en la franja fronteriza que va de Nuevo Laredo a Piedras Negras, corredor clave para el tráfico de drogas y armas. En esa misma región y en el tramo comprendido entre Reynosa y Matamoros, la violencia ha repuntado de manera significativa desde septiembre pasado, lo que encendió las alertas en las agencias de seguridad estadounidenses.
PROCESOS PENDIENTES Y ESTRATEGIA DE OBSTRUCCIÓN
En Estados Unidos, Miguel Ángel Treviño Morales enfrenta una orden de captura emitida en 2008 por cargos de lavado de dinero, distribución de cocaína, uso de menores en crímenes violentos y conspiración para secuestrar y asesinar en un país extranjero. En 2012, se le giró una segunda orden por blanqueo de recursos, vinculado a la compra de caballos cuarto de milla para carreras en Estados Unidos.
Sin embargo, la extradición de los hermanos Treviño Morales se prolongó durante años debido a una compleja estrategia de amparos y recursos legales promovidos por sus abogados, con el objetivo de evitar enfrentar a un jurado estadounidense.
Con su reciente traslado a Estados Unidos, el Gobierno de México responde a años de solicitudes pendientes y al compromiso bilateral de combatir el crimen organizado transnacional.