El consumo de fentanilo mezclado con otras sustancias, como “cristal”, es una práctica creciente en el país y en las calles de San Luis Potosí, lo que ha encendido las alarmas por el riesgo letal que representa.
Esta estrategia del narcomenudeo busca potenciar la adicción de los consumidores, incrementando las ventas, pero también multiplicando el peligro de intoxicaciones y sobredosis fatales.
Fuentes cercanas confirmaron que en la capital potosina el fentanilo no se comercializa en su forma pura, sino combinado con otras drogas para hacerlo más adictivo. Las mezclas son altamente peligrosas, ya que los usuarios suelen desconocer la potencia de la sustancia y su capacidad para provocar sobredosis incluso en dosis mínimas.
En San Luis Potosí, el fentanilo mezclado se distribuye en varias colonias, con mayor presencia en Santa Fe, General I. Martínez, Satélite, Progreso, y Las Terceras, entre otras. El precio de las dosis varía de 20 a 200 pesos, lo que lo hace accesible para adolescentes y jóvenes, quienes son los principales consumidores.
EL RIESGO OCULTO
El fentanilo es un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína. Mezclado con drogas como “cristal”, los efectos en el organismo son impredecibles, lo que incrementa el riesgo de sobredosis. Estas combinaciones no solo amplifican la adicción, sino que representan un grave desafío para las autoridades de salud y seguridad.
Según el informe de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), el consumo de fentanilo ilícito está vinculado a su alta rentabilidad para los grupos delictivos. Su bajo costo y fácil adulteración lo han convertido en una sustancia clave para el narcomenudeo, pero sus consecuencias en la salud pública son devastadoras.
ACCIÓN INMEDIATA
Expertos advierten que la mezcla de fentanilo con otras drogas es una bomba de tiempo para San Luis Potosí. Urgen a las autoridades a implementar campañas de prevención dirigidas a jóvenes y operativos específicos en las zonas de mayor distribución. Además, señalan la importancia de informar a la población sobre los riesgos de consumir sustancias adulteradas.