San Luis Potosí.— El mundo de la lucha libre está de luto tras el fallecimiento de Gran Hamada, luchador japonés que hizo de San Luis Potosí su hogar en los últimos años. Hiroaki Hamada, su nombre real, murió a los 74 años, luego de enfrentar problemas de salud desde finales del año pasado.
Desde noviembre, su hija, la también luchadora Ayako Hamada, informó que su estado era delicado. Hasta el momento, la familia no ha dado a conocer la causa oficial del deceso, pero ya ha recibido múltiples condolencias de parte de figuras del gremio.
UN LEGADO ENTRE JAPÓN Y MÉXICO
Gran Hamada fue uno de los primeros gladiadores japoneses en adoptar el estilo de lucha libre mexicana, logrando una fusión que lo convirtió en un referente en ambos países. Su carrera comenzó en 1972 en su natal Japón, pero su amor por la lucha lo llevó a emigrar a México, donde se consolidó en diversas empresas, incluyendo la UWA y la NWA.
A lo largo de su trayectoria, también tuvo participación en la WWF, hoy conocida como WWE, y acumuló importantes campeonatos, como el título de peso completo en BJW, NWA y UWA, así como el Campeonato de Parejas Intercontinental de la WWF junto a Pedro “Perro” Aguayo.
SU PASO POR MÉXICO Y SU LEGADO EN SAN LUIS POTOSÍ
En territorio mexicano, Gran Hamada protagonizó memorables enfrentamientos, incluyendo 15 luchas de apuesta, de las cuales perdió cuatro, dos de ellas contra Aníbal, uno de sus mayores rivales.
Su legado no solo quedó en los cuadriláteros, sino también en su vida personal, pues eligió San Luis Potosí como su residencia, convirtiéndose en parte de la comunidad local. Su fallecimiento ha generado un gran impacto en la lucha libre y en los aficionados que reconocen su contribución al deporte.
El Hijo del Santo, quien compartió ring con Hamada, expresó su pesar en redes sociales: “Lamento compartir que falleció un querido compañero y excelente luchador Gran Hamada. Compañero de mi padre El Santo y mío. Mi más sentido pésame para su familia, especialmente para Xóchitl y Ayako Hamada”.
Gran Hamada deja un legado imborrable en la historia de la lucha libre, marcando una generación con su estilo único y su contribución al deporte en México y Japón.