A pesar de algunas cosas positivas como el incremento al salario mínimo, el manejo equilibrado de las finanzas públicas y haber mantenido la inflación en niveles razonable, el saldo económico del sexenio de Andrés Manuel López Obrador es negativo. El país tuvo escaso crecimiento y enfrenta un gran déficit fiscal.
“El crecimiento será prácticamente nulo, se incrementó el déficit fiscal y las reformas recientemente aprobadas restarán certidumbre y provocarán una caída en la inversión los próximos años, lo que complicará el inicio de la administración de Claudia Sheinbaum”, dijo en entrevista el analista y consultor económico, Jorge Suárez Vélez.
FACTORES EN CONTRA
El crecimiento del PIB anual promedio durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) se estima en torno al 0.8 por ciento, el más bajo desde el periodo de Miguel de la Madrid (1982-1988), hace más de 35 años.
El experto aseguró que “cuando hablamos de un déficit fiscal que ha llegado al 5 por ciento del PIB y la política energética del sexenio se tradujo en un retroceso que está impidiendo mayor inversión y ha sobreendeudado a Pemex, no podemos hablar de un balance positivo”.
El articulista de Reforma y Letras Libres lamentó que el régimen obradorista haya revertido la reforma energética, limitando subastas de proyectos de energías limpias y autoabastecimiento eléctrico, ya que esto ha limitado el potencial del país para garantizar el suministro eléctrico a las grandes empresas.
Por otro lado, sostuvo que las reformas recientemente aprobadas por el Congreso de la Unión, en especial la Judicial, tampoco abonan al clima de incertidumbre, “hoy no se puede garantizar un estado de derecho sólido, o al menos hay dudas sobre eso, por lo que será cada vez más arriesgado invertir en México”.
Esto aunado a la crisis de Pemex, que se ha convertido en la empresa petrolera más endeudada del mundo, podrían generar que México pierda grado de inversión.
“Petróleos Mexicanos acumula 1 billón 790 mil millones de pesos de deuda, es decir 106 mil millones de dólares, y su producción desciende, como si fuera una empresa privada que ya hubiera sido declarada en quiebra”.
“Aunque hoy las calificadoras mantienen al país con perspectiva estable, si la avalancha reformista no se contiene y no se comienzan a dar señales de equilibro y buen manejo de finanzas, en próximos años el país podría ser mucho más riesgoso para invertir y crear certeza”.
PRÓXIMO SEXENIO, INICIO COMPLEJO
Este panorama le deja a la presidenta Claudia Sheinbaum un país tendido de alfileres en materia económica.
De acuerdo con Jorge Suárez Vélez el próximo año el gobierno entrará en recesión, los primeros seis meses del año el crecimiento será negativo y quizá al final de 2025, el PIB alcance un crecimiento menor al 1 por ciento.
“La inflación seguramente se mantendrá en niveles estables, entre 4.5 y 5 por ciento, pero el tipo de cambio que comenzó a depreciarse desde que comenzó el proceso para aprobar la Reforma Judicial, seguirá por el mismo camino y para el próximo año podría volver a superar la barrera de los 20 pesos por dólar”, afirmó.
“Veremos también una caída importante de la inversión fija bruta, incluida la inversión extranjera directa, y sobre todo, aunque logremos crecimientos sostenidos del 1 por ciento, el crecimiento per cápita seguirá cayendo, pues la población sigue creciendo, mientras la economía se desploma”.
¿QUÉ HACER?
Para evitar un desplome económico y asegurar mayor crecimiento e inversión, la administración de Claudia Sheinbaum tendría que frenar los procesos de reforma que restan certeza, específicamente la eliminación de órganos autónomos, “aquí es importante sobre todo garantizar que no tocarán a Banco de México”.
“Por otro lado tendría que revisarse de forma urgente el tema energético, pues la crisis en esta materia, está provocando que no aprovechamos el fenómeno del nearshoring, una oportunidad de oro para el país, que no generamos nosotros, pero que, por decisiones políticas, podría ser una oportunidad perdida”, concluyó.
