Las empresas automotrices enfrentan un panorama de incertidumbre que se alargará ante la política arancelaria del presidente Donald Trump, quien ha impulsado medidas que están generando un reacomodo económico global y una presión directa sobre las operaciones de firmas como Honda, General Motors, Nissan, BMW y Volkswagen, advirtió el analista automotriz César Roy Ocotla.
Según experto, a BMW le conviene seguir produciendo en México y realizar ajustes operativos.
Desde su análisis, este endurecimiento forma parte de una estrategia geopolítica que trasciende la economía: “Trump está jugando contra reloj. Sabe que se viene una restauración del orden económico mundial, donde China se perfila como líder económico, Rusia como potencia militar y Estados Unidos apenas alcanzando un tercer lugar”, explicó Ocotla.
La imposición de nuevos aranceles de hasta 25% busca frenar la influencia de empresas asiáticas que instalan plantas en México para exportar autopartes a EE.UU., aprovechando las reglas del T-MEC. Trump considera esta práctica una amenaza y ha decidido responder con restricciones comerciales, especialmente cuando las piezas no cumplen con el 75% de contenido regional exigido por el tratado.
AFECTACIONES EN CADENA
El impacto ya es visible. México cuenta con 13 plantas productoras, con General Motors y Nissan a la cabeza en volumen de exportaciones.
Otras, como Honda, enfrentan decisiones críticas: si trasladan su producción a EE.UU. implicaría inversiones millonarias, pero si no lo hacen, podrían enfrentar aranceles costosos.
En contraste, el caso de Stellantis, con planta en Ramos Arizpe, muestra un escenario diferente: la empresa ya tenía planes de cierre por baja demanda y sobreinventario, por lo que los nuevos aranceles no son su principal problema.
Volkswagen también ha sido afectada tras la cancelación de un trato preferencial con EE.UU. que le permitía exportar fuera del T-MEC. Esto obligó a la marca alemana a detener embarques y producción por el aumento de costos.
BMW, por su parte, mantiene operaciones en Estados Unidos, pero necesita elevar el contenido regional para seguir recibiendo beneficios del tratado.
Según Ocotla, les conviene seguir produciendo en México y hacer ajustes operativos.
“Las empresas deben adaptarse. Dobles turnos, automatización y reestructuras serán inevitables si quieren sobrevivir en este nuevo orden económico”, advirtió.
A pesar del panorama complicado, el especialista considera que México tiene ventajas que pueden sostener su protagonismo en la industria: mano de obra calificada, infraestructura y una posición geográfica estratégica. “A México le puede ir bien, siempre y cuando Trump no permanezca en el poder por mucho tiempo”, concluyó.