La situación energética en Cuba sigue siendo crítica tras la serie de apagones que han afectado a la isla desde el viernes 18 de octubre, complicados aún más por el impacto del huracán Oscar. El ministro de Energía, Vicente de la O Levy, reconoció en una conferencia de prensa que el huracán ha dificultado los esfuerzos para restablecer la electricidad, particularmente porque afectó áreas clave de generación eléctrica, como las plantas Felton en Holguín y Renté en Santiago de Cuba.
Aunque el gobierno ha prometido que la red eléctrica podría restablecerse este lunes o a más tardar el martes por la mañana, la población enfrenta serias dudas sobre esta promesa. La fragilidad de la infraestructura eléctrica, sumada a los meses de apagones previos y al calor del verano, ha generado un clima de cansancio y frustración entre los cubanos. En La Habana, la capital, aunque se ha restablecido la energía en algunos barrios, la mayoría de la ciudad sigue sin luz.
El colapso de la planta Antonio Guiteras, la más grande del país, fue un golpe fuerte para el sistema eléctrico, y aunque se trabaja para su reparación, el estado de las otras plantas no es claro, lo que aumenta la incertidumbre sobre cuándo volverá la normalidad. Las fallas en la distribución de energía, que ya eran frecuentes antes del huracán, resaltan los problemas crónicos que enfrenta el país para mantener un sistema eléctrico estable.
Este colapso de la red eléctrica también es un recordatorio de los desafíos estructurales que enfrenta Cuba, incluyendo la falta de inversiones en infraestructuras críticas, la escasez de combustible y las dificultades económicas que han golpeado al país, empeoradas por las sanciones internacionales.