El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició formalmente una guerra arancelaria en América del Norte al imponer un arancel del 25 por ciento a todos los productos provenientes de México y Canadá, una medida justificada bajo argumentos de seguridad nacional y que representa el cumplimiento de una de sus amenazas comerciales más reiteradas.
La decisión, que entró en vigor este lunes a las 23:00 horas, tiempo de la Ciudad de México, coloca en un nuevo nivel de tensión la relación comercial entre los tres socios del T-MEC.
JUSTIFICACIÓN Y ACUSACIONES
En un tono particularmente agresivo, la Casa Blanca señaló que el arancel del 25 por ciento a productos mexicanos responde al presunto fracaso del Gobierno de México en el combate a los cárteles del narcotráfico, con quienes —aseguró— mantiene una relación “intolerable”.
Para aplicar la medida, Trump invocó la Ley de Poderes Económicos para Emergencias Internacionales de 1977 (IEPPA, por sus siglas en inglés), herramienta que le permite imponer sanciones comerciales bajo el argumento de amenazas a la seguridad nacional.
“Si bien el presidente Trump dio a Canadá y México amplias oportunidades para frenar la peligrosa actividad de los cárteles y el flujo de drogas letales hacia nuestro país, no han logrado abordar la situación de manera adecuada”, señala un documento oficial emitido por la Casa Blanca.
El comunicado acusa directamente a las organizaciones mexicanas de narcotráfico como los principales responsables de la producción y tráfico de fentanilo en el mundo, y sostiene que operan “sin obstáculos” debido a lo que calificó como una “relación intolerable” con el Gobierno mexicano.
IMPACTO EN EL COMERCIO NORTEAMERICANO
Además de los aranceles impuestos a México y Canadá, Trump ordenó un aumento a las tarifas aplicadas a productos importados desde China, pasando del 10 al 20 por ciento. Con estas medidas, las nuevas tarifas estadounidenses abarcan aproximadamente 1.5 billones de dólares en bienes (trillion en inglés) provenientes de sus principales socios comerciales.
En el caso específico de México, la Casa Blanca afirmó que el país ha servido como “refugio seguro” para que los cárteles fabriquen y transporten narcóticos hacia territorio estadounidense, provocando la muerte por sobredosis de cientos de miles de ciudadanos en Estados Unidos.
El documento oficial describe a los cárteles mexicanos como organizaciones caracterizadas por su extrema brutalidad, corrupción y control territorial, y advierte que sus métodos violentos, incluidos drones armados y artefactos explosivos improvisados, representan una amenaza creciente en la frontera común.
SIN ESPACIO PARA LA NEGOCIACIÓN
En un mensaje previo, difundido la mañana de este lunes, Trump descartó cualquier posibilidad de diálogo o negociación con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, o con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. El mandatario estadounidense reiteró que su decisión es una respuesta directa a lo que calificó como la continua llegada de fentanilo a través de ambas fronteras.
La postura de la Casa Blanca omite cualquier mención a las acciones recientes del Gobierno mexicano, entre ellas el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte y la extradición de 29 figuras clave del narcotráfico a Estados Unidos.
Con estas medidas, Trump abre un nuevo frente de confrontación en el comercio norteamericano, poniendo en riesgo las cadenas de suministro regionales y agravando la incertidumbre económica entre los socios del T-MEC.