La reciente carta de Genaro García Luna ha generado un fuerte revuelo en el panorama político de México, al acusar al presidente Andrés Manuel López Obrador de tener vínculos con el narcotráfico. En la carta, escrita a mano, García Luna alega la existencia de registros que supuestamente demostrarían estos nexos, señalando que López Obrador y sus operadores habrían tenido comunicación y gestión con líderes del narcotráfico, incluidos testigos que fueron clave en el juicio contra él. García Luna, quien enfrenta una audiencia el próximo 9 de octubre en Estados Unidos para conocer su sentencia tras ser declarado culpable de vínculos con el Cártel de Sinaloa, también criticó la reciente reforma judicial en México, sugiriendo que está diseñada para beneficiar a criminales.
Claudia Sheinbaum, presidenta electa, rechazó de manera categórica las acusaciones de García Luna, calificándolas de falsas y señalando que el presidente López Obrador cuenta con la confianza del pueblo mexicano por su autoridad moral. Sheinbaum también argumentó que estas acusaciones forman parte de una estrategia política para empañar la administración de López Obrador, quien está próximo a concluir su mandato.
Este cruce de acusaciones se produce en un contexto de gran tensión política en México, donde las denuncias sobre vínculos entre el gobierno y el narcotráfico han sido recurrentes, pero nunca con la magnitud de un juicio internacional como el de García Luna, quien fuera uno de los principales encargados de la lucha contra el crimen organizado en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
