Esta abogada tan polémica últimamente e insultada por el sector más reacio a la Reforma y por personas que tal vez no enteradas, ni entendidas de la Reforma opinan y juzgan, llamó la atención pues aquí no se le conocía y se escuchan cosas buenas y malas sobre su capacidad. Celebro haber asistido y que la hayan invitado jóvenes y alumnos de la Facultad de Derecho de la UASLP; que la hayan recibido con gran hospitalidad por parte de la dirección y la Universidad. Ella presentó en la parte inicial el Estado de cosas del Sistema Judicial con un análisis estadístico seriamente seleccionado comparando nuestro sistema y su operación con los de otros países. En él puede verse como nuestro país gasta más en sueldos y prestaciones que muchos otros países que incluyen a naciones más que solventes como los Estados Unidos, Reino Unido etc. Y que además no incluyen en esas "prestaciones" algunas tan absurdas como pagarles viviendas, menajes, mantenimiento, viatico, "gastos de representación" gastos médicos alejados en extremo de la seguridad social que se brinda a los demás servidores públicos y trabajadores; pensiones de retiro y haberes (cantidades que debemos pagarles usted y yo por su gran trabajo) de dimensiones diferentes al resto de servidores de otros poderes y ni qué decir de la población.
También señala la investigación que dio a conocer, que en materia de resultados (el resultado que se busca y se puede evaluar o medir como el objetivo y meta en la administración del derecho es en conclusión la justicia) nuestro país tiene serias carencias. Así, nos muestra que las cifras de resoluciones que se refieren a litigios civiles y asuntos penales y que encierran violaciones a Derechos Humanos y equidad de género; igualdad y cuestiones similares que tienen como victimas a personas físicas es realmente insignificante en comparación a resoluciones sobre competencia económica y comercial que protegen a personas morales y resuelven cuestiones corporativas, las que aparecen con cifras mayores, lo que nos habla de la tendencia y prioridades de un Poder Judicial que por algún fenómeno psico- económico prefiere resolver y dar expeditez a los litigios que ventilan intereses económicos de rango mayor frente a los negocios que no lo son y solo atañen a cuestiones de integridad y dignidad física, moral y social de los gobernados; incluyendo el desaire a los derechos Económicos, Sociales , Culturales y Ambientales (DESCA) que prácticamente no son atendidos.
De igual forma existen otros elementos que argumentan en favor de reformar el poder y sistema judicial como lo constituye un Consejo de la Judicatura que no cumple y sencillamente no puede cumplir los objetivos de control y vigilancia cuando está encabezado y presidido por el mismo Presidente de la Suprema Corte, lo que hace nugatorias sus intenciones de castigar o de inhibir la corrupción y la negligencia. De suyo la estructura y regulación orgánica de ese Consejo lo limitan haciendo de su existencia un remedo de su origen y antecedente histórico después de la Revolución Francesa hace más de dos siglos. Otra prueba de ello es la famosa Carrera Judicial que teóricamente es un ideal perseguible aún pero que en los hechos desde hace años no funciona y solo basta echar un vistazo a las relaciones familiares y precaria preparación de muchos jueces de distrito, secretarios, magistrados, actuarios etc. con las consabidas excepciones.
De tal suerte que la población debe estar informada de estas realidades y evaluar correctamente la Reforma.
Por otra parte, la tal mejora buscada no lo será si se limita a modificar la regulación que permita mejorar esto y que establezca la elección de juzgadores que al menos aportará la posibilidad de una real independencia e imparcialidad.
Se requiere también llevar esa reforma a las Escuelas de Derecho de todo el país pues existe en la mayoría de esos entes formadores una escuela del letrismo; un positivismo jurídico que no permite contemplar más posibilidades de mejoría legislativa y el cambio de muchas estructuras que se nos venden como sacrosantas o cuasi divinas. Lo estudiantes deben ir con apertura a experimentar y buscar otras rutas legales y su innovación legislativa; debe recuperarse la dinámica del Derecho para alcanzar la justicia. Igualmente, la Reforma debe alcanzar la colegiación y certificación profesionales activas y periódicas de carácter permanente. Aquí es vital el concurso de las Asociaciones y Barras así como la profesionalización de estas mismas, con un ordenamiento que evite la proliferación de sociedades blancas y legitimadoras del Poder público o de algunos interese privados como actualmente sucede. Una Reforma de Estado y de gran profundidad como la Judicial lo merece y lo merecemos más los mexicanos.