En España, el triunfo por puntos de la potosina Fátima Herrera sobre la Gijonesa Laura Fuertes Fernández, caló y lo hizo muy hondo. Y es que la asturiana era la esperanza de los ibéricos que tenian por primera vez una representante en una justa olímpica.
Que Laura fuera más espigada, que tuviera más “brazo” y que además le superara con seis centímetros de altura a Fátima, les daban esperanza a los españoles, quienes ante la derrota de su compatriota llenaron de elogios a “la rocosa” mexicana, a quien además describieron como “un torbellino” arriba del ring.
Que Laura, la boxeadora española, tomaba bien la iniciativa en las combinaciones de golpes, pero que con técnica la mexicana se aprovechara de eso para ser la que remataba con guantazos certeros, eran algunos de los elogios que los analistas decían al trabajo que sobre el ring desarrolló la potosina, a quien ahora le viene primero el reto de conservar su sitio en la Selección Nacional de Boxeo, para después ganar su calificación a la justa olímpica de Los Ángeles.