En una era en la que es más fácil darle crédito a las mentiras digitales, restando credibilidad a las verdades tangibles y claras, es triste darnos cuenta de la manipulación de la que fuimos víctimas los mexicanos.
Y es que, si bien Ana Gabriela Guevara se equivocó gravemente al “sugerir” que las nadadoras vendieran calzones, Avon o Tupperware, para obtener recursos económicos para una competencia, la realidad es que la Federación de Nado no logró justificar más de 40 millones de pesos que les fueron otorgados.
Hoy que el papel de las nadadoras terminó por ser destacado, a la luz sale que las chicas sí recibieron sus becas completas de la CONADE de enero a julio, mismas que a la fecha suman 2 millones 86 mil pesos, de los cuales 1 millón 596 mil fue entregado a las atletas y 490 mil pesos se destinaron a entrenadoras.
Una vez más las corruptas federaciones de diversas disciplinas vuelven a encender las alarmas y a desviar la atención acusando a la autoridad de no proporcionar apoyo a los atletas, lo que lleva a urgir que se redireccione el manejo del deporte en nuestro país, que pide urgente auxilio.
