Y es que, -aunque deportivamente dejó saldo negativo para casi todas las escuadras participantes (con excepción de Monterrey y Querétaro)-, el torneo que enfrentó a escuadras de la MLS y la Liga MX permitirá a las oncenas mexicanas allegarse de unos miles de dólares, así como de buenas reflexiones sobre su accionar en la cancha, así como de la capacidad de sus directivos encargados de la logística, la movilidad y la operatividad.
Obvio es que cada equipo hablará de la justa dependiendo de cómo le haya ido en ella, pero lo cierto es que cada uno de los 18 equipos del futbol mexicano aceptó y conocía desde hacía algunas semanas los calendarios de juego y las situaciones de logística que enfrentarían.
No podría entonces haber pretextos, no podría entonces haber cuestionamientos a las reglas, puesto que estas estaban claras y los equipos solo tenían que acatarlas.
Como siempre existe un pero en las cuestiones futbolísticas de nuestro balompié, a toro pasado directivos, técnicos y jugadores, escudan su eliminación y malos resultados argumentando “favoritismo” para los equipos de la MLS. Lo cierto es que los organizadores de la Leagues Cup siempre fueron muy claros con las reglas del torneo.