Pero no es Paola quien debiera estar poniendo en juego su bien ganado prestigio al tener que salir a justificar la rendición de cuentas de Miguel Ángel Perea como Presidente de la Federación Mexicana de Raquetbol ante la CONADE, quien mediante su titular Ana Gabriela Guevara negó el apoyo al representativo mexicano argumentando que desde el 2014 tiene pendientes de justificar gastos por más de 430 mil pesos.
Defender hoy a quien preside la federación del deporte que la ha convertido cinco veces en campeona del mundo o prestar su imagen para los dudosos manejos que de los recursos de la Feria Nacional Potosina y del Instituto Potosino del Deporte se hicieran justificando un irrestricto “apoyo al raquetbol”, no debieran formar parte del actuar de Paola Longoria.
Sacrificar su carrera y su prestigio por avalar desvíos, corruptelas o negocios ilícitos, no debiera formar parte de la carrera que ha realizado.