Irrisorias fueron las “sanciones” que, tras la junta de dueños celebrada el pasado martes, fueron dadas a conocer por el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Yon de Luisa y por el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola.
Irrisorio es también escuchar a los directivos y dueños decir una y otra vez que el fútbol no es violencia y que los delincuentes disfrazados de aficionados que hasta ahora han protagonizado incontables escenas de agresiones y sangre dentro y fuera de los estadios, no son parte del espectáculo que gira en torno a un balón.
Hasta ahora sigue siendo inentendible el por qué los directivos de la FMF y los dueños de los clubes de la Primera División siguen minimizando con sus “ejemplares sanciones” la gravedad de la violencia engendrada en las gradas y alimentada tristemente por periodistas, narradores, jugadores y hasta directivos.
¿Qué le deben los directivos y los federativos a las “barras” que no las desaparecen? ¿Por qué en la junta de dueños no se tomó la decisión de prohibir de manera definitiva el acceso de estos “grupos de animación” a cualquiera de los estadios del país pese a la violencia a la que han llevado a nuestro fútbol?.
Si directivos y dueños no resuelven, le invito a tomar cartas en el asunto desde nuestro propio hogar, porque también en nuestras manos está encontrar una solución.