Esto sin que hasta la fecha nadie haya hecho una propuesta específica sobre cómo y qué cambiar en el Instituto Nacional Electoral. Únicamente se han escuchado críticas y visto, sobretodo en redes sociales críticas o advertencias fatalistas y dramáticas que bordan sobre un supuesto y mezquino afán de “desparecer” el INE. Si nos remontamos a una historia reciente del Organismo en cuestión, veremos que, con la interpretación y vaticinios de algunos periodistas amarillistas y adversarios del régimen, tal Instituto ha desaparecido ya en varias ocasiones.
El IFE original se creó para sustituir a la Comisión Federal Electoral que encabezaba el Secretario de Gobernación; pero con el Primer Instituto eso no cambió, sólo fueron incorporados consejeros ciudadanos, pero siguió presidiendo el titular de SEGOB –recuérdese Emilio Chauyffet Chemor-. Aun así, el paso que se dio con la desaparición de la Comisión como tal no se concretó a ello, sino que tuvo gran significancia siguiendo un modelo que se le atribuye a otro actor conocido que por cierto termino en la izquierda mexicana después de haber diseñado el “Nuevo Sistema Electoral Mexicano”, me refiero a Arturo Núñez que años después fuese gobernador de Tabasco por el PRD cuyo líder moral ya era AMLO. Aquella reforma incluía el uso de una credencial de elector personal y la instauración de un padrón legítimo y validado por el Consejo General. Ese IFE también sufrió fortísimas reformas entre las que se incluyó la sustitución del Secretario de Gobernación por un Presidente surgido de entre los integrantes del Consejo General y seleccionados todos por el Congreso de la Unión como hasta ahora.
Aquel modelo fue replicado desde luego en toda la República con un espíritu federalista. San Luis es antecedente del Primer Órgano Electoral presidido por un ciudadano sin cargo alguno en el gobierno – Luis García Julián QEPD- quién al no haberse legislado aún esa reforma, fue designado de facto por una decisión estatal en tiempos del gobierno interino de Teófilo Torres Corzo, e instrumentada por el propio Secretario de Gobierno Gustavo Barrera López. Pero desde luego tales reformas fueron solicitadas por personajes del movimiento Navista seguidores del Doctor como la propia Señora Concepción Calvillo y el Notario Eduardo Martínez Benavente.
En fin, que no han sido pocas las reformas al Sistema Electoral y podría decirse que todas han sido necesarias en su momento. Por lo mismo me parece una extraña mezcla de exageración, amarillismo y fake news la postura de los adversarios del régimen que por una queja externada con franqueza y abiertamente, hablan de ataques a la Institución y de la desaparición de un Instituto que últimamente ha estado expuesto a las decisiones de partidocracia, que distribuyen y asignan en cuotas partidistas los principales cargos del Consejo General; lo que ha viciado al Órgano en diferentes momentos como con la actuación de Valdés Ugalde en 2006, o bien como con la omisión de sancionar el escandaloso rebase de topes económicos cometido en 2012 con la intervención de MONEX y Aurrera derrochando recursos en favor de un candidato ante la displicente mirada del árbitro principal, que hoy se ha vuelto tan delicado como oficioso, al pretender anular candidaturas cuando lo procedente por no haber entregado informes a tiempo debe ser la aplicación de multas a partidos y a candidatos. No defiendo a Salgado Macedonio, pero el INE está trasladando un malestar general sobre acusaciones no comprobadas aún sobre acosos y abusos sexuales que nada tiene que ver con un informe de gastos de campaña que al parecer no rindió dicho candidato.