¿Se trata de una puntada más del presidente gringo? ¿Es acaso un distractor o bola de humo para enfrentar la crisis de incertidumbre que atraviesan muchos ciudadanos del mundo pero que en el caso norteamericano es tan delicada como delicados y arrogantes pueden ser quienes se asumen como el pueblo líder del mundo? ¿Se trata del inicio de otra invasión como la que han sufrido Irán, Irak, Afganistán u otros pueblos? o simplemente ¿Es una jugada de mercadotecnia electoral que pretende mantenerlo firme, creíble y sobretodo popular en medio de la lucha por reelegirse cuatro años más como Presidente? Si está pensando que todas las respuestas a mis preguntas se contestan afirmativamente, ya no tiene caso preguntarle si Trump le da más importancia a los temas políticos y de poder que a los temas de salud pública.
En efecto Trump no es ningún tonto y aún con su estilo atrabancado y autoritario, busca: por una parte resarcirse del desgaste inevitable que significa encontrarse al frente de cualquier gobierno –y más aún de EEUU- en momentos ven que el desempleo crece mucho más exponencialmente que el mismo virus y las muertes y contagios que pueda ocasionar. Y es que resulta muy difícil para cualquier Estado o representante del mismo, el mantener un equilibrio entre salud y economía, que pueda ser valorado sin penalidades por una ciudadanía que normalmente no piensa en ninguna de las dos cosas. Menos observando los modelos de consumismo que la economía neoliberal que maneja el mundo ha venido imponiendo desde hace décadas y más aún en el país más consumista del orbe. La gente tiene miedo, no sé si con razón o no, si en exageración manejable o no, pero el hecho es que deja de consumir aun cuando en la era tecnológica se consume a control remoto.
Por otra parte tanto Maquiavelo como Sun Tzu en su respectivo "Arte de la Guerra" y como muchos políticos y politólogos, saben que en ocasiones es mejor pelear contra tus propios monstruos y que mejor que el monstruo tenga una conveniente característica de parecer terrible y poderoso sin que lo sea tanto; que mejor que el monstruo sea odiado en extremo pero no represente para el poderío del súper héroe prototípico norteamericano mayor peligro. En este caso el monstruo que muy cómodamente ha encontrado Trump es Nicolás Maduro cuya imprudencia proverbial seguramente lo tendrá muy cerca ya de la espada flamígera del vengador del mundo. No estoy defendiendo a Maduro y menos a los 14 funcionarios venezolanos que están acusados; no dudo que haya venezolanos malhechores y traficantes como los tenemos nosotros mismos, pero me cuesta trabajo creer o concebir que los americanos haya sido sorprendidos por venezolanos, colombianos, mexicanos o cualquier gentilicio que usted quiera menos aún al gobernante mas detestado por los estado unidenses después de Fidel Castro o antes si tomamos en cuenta que ya no califica en la lista de villanos favoritos. Aquí me pregunto porque no voltear también hacia los mexicanos incluso viendo algún ex presidente sería tan simple fundamentar y motivar una acusación contra el ex presidente que señala Vicente Zambada Niebla y otros muchos personajes de la vida real que han sido y son investigados por las cortes y autoridades de diferentes Estados de la Unión Americana, baste leer el libro de "El Traidor" de la periódista e investigadora Anabel Hernández. Quizá Felipe Calderón le pareció a Trump un monstruo de baja categoría.