Los altísimos riesgos que suponen la caída de piedras de dimensiones considerables, deslaves o laderas de caminos que pueden derruirse, y debilidades en la infraestructura instalada, en definitiva, para Mauricio Ordaz, titular de la Coordinación Estatal de Protección Civil, demandan que la presa San José y sus accesos sean clausurados en su totalidad.
Ese espacio, desde mediados del año pasado, ha permanecido con acceso restringido, después de que un estudio concluyente de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí identificó varios movimientos, originados por factores naturales, que han ido, desde reblandecimientos por lluvias, hasta deslizamientos por movimientos del subsuelo.
El funcionario gubernamental expuso que, ante esos resultados, la recomendación de la CEPC es que la presa San José quede clausurada a un acceso público.
Desde el año pasado, recordó que los varios establecimientos que había en la presa y sus accesos, hasta 30 locales, fueron desalojados en su totalidad y retirados del área.
Esos locales estaban alojados, por ejemplo, en una zona susceptible de derrumbes, con riesgos de que piedras enormes pudieran desprenderse por las laderas y causar destrozos o lesiones severas.
Ordaz añadió que la responsabilidad total corresponde al ayuntamiento capitalino, al que pertenece la jurisdicción de la presa San José a través del Interapas.
Los riesgos identificados observan, además, en el extremo derecho de la presa, los caminos y veredas, donde el reblandecimiento genera un alto riesgo de deslizamientos.
