Con el Auditorio Nacional lleno a su máxima capacidad, Joaquín Sabina inició su gira de despedida en México con un espectáculo cargado de nostalgia, poesía y entrega. El cantautor español, recibido de pie por un público entusiasta, abrió la velada con un sentido “¡Heme aquí!” y un verso de agradecimiento que marcó el tono de la noche.
UNA DESPEDIDA MEMORABLE
Sabina arrancó el concierto con “Donde Habita el Olvido” y “Lágrimas de Mármol”, temas que prepararon el terreno para una noche en la que, pese a su evidente nerviosismo, logró conectar profundamente con su audiencia. En varios momentos, el artista confesó la emotividad de despedirse en el mismo escenario que lo vio debutar en México en los años 80.
Aferrado a su característico banco y apoyándose en las pantallas para recordar las letras, Sabina desfiló por un repertorio que evitó los grandes éxitos en favor de canciones menos interpretadas en sus giras. La respuesta del público fue incondicional, coreando y aplaudiendo cada tema.
DEDICATORIAS Y MOMENTOS ÍNTIMOS
En el transcurso de la noche, Sabina dedicó canciones a figuras cercanas, como los escritores Ángeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín, así como a su promotor en México, René León, a quien rindió homenaje con “Noches de Boda”. Estas dedicatorias agregaron un toque personal y emotivo al espectáculo.
Sabina también cedió el protagonismo en algunos momentos a sus músicos, como Mara Barros y Jaime Asúa, quienes interpretaron “Camas Vacías” y “Pacto Entre Caballeros”, respectivamente. Esta pausa permitió al artista regresar con más energía para interpretar temas emblemáticos como “Peces de Ciudad” y “Medias Negras”.
CONECTANDO CON EL PÚBLICO
Sentado junto a una mesa y con un trago en mano, Sabina convirtió el Auditorio Nacional en un espacio íntimo donde todo el público coreó canciones como “Una Canción para la Magdalena” y “Por el Bulevar de los Sueños Rotos”. La intensidad alcanzó su clímax con “Y Nos Dieron las Diez”, canción que reafirmó la conexión del cantautor con su audiencia.
Antes de despedirse, Sabina agradeció al público con su característico humor: “¿Sabéis que sois el mejor público del mundo?”, dijo ante una ovación de pie. Cerró la noche con “Princesa”, un guiño a su faceta más rockera, y dejó en claro que su despedida será recordada como un homenaje a su legado musical.
EL ÚLTIMO VIAJE
Con esta serie de conciertos, Joaquín Sabina inicia un recorrido internacional que marcará el cierre de una trayectoria legendaria. Como él mismo expresó al inicio de la velada: “Triste debe ser cuando al punto final de los finales no le siguen los dos puntos suspensivos”.