El 9 de agosto de 2024, Japón conmemoró el 79.º aniversario del bombardeo atómico en Nagasaki, un evento que marcó profundamente la historia del país y del mundo. A las 11:02 a.m., la hora exacta de la explosión en 1945, se guardó un minuto de silencio para honrar a las víctimas, seguido de ofrendas de flores y agua, este último un símbolo significativo debido a que los sobrevivientes, afectados por las quemaduras, clamaban desesperadamente por agua.
La bomba atómica "Fat Man", lanzada por un avión estadounidense, causó la muerte instantánea de aproximadamente 70,000 personas. Con el tiempo, cientos de miles más murieron debido a los efectos de la radiación. Esta tragedia sucedió solo tres días después del bombardeo de Hiroshima, en un momento en que la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial parecía inevitable.
Durante la ceremonia, el alcalde de Nagasaki, Shiro Suzuki, hizo un llamado al gobierno japonés para que firme y ratifique el tratado de la ONU que prohíbe las armas nucleares, instando a Japón a liderar los esfuerzos para reducir tensiones y promover el desarme en la región del noreste asiático. El primer ministro japonés, Fumio Kishida, también reafirmó el compromiso de Japón de liderar los esfuerzos internacionales para el desarme nuclear, con la esperanza de que Hiroshima y Nagasaki sigan siendo las únicas ciudades en el mundo que han sufrido una tragedia de este tipo.
La ceremonia se llevó a cabo frente a la Estatua de la Paz, cerca del hipocentro de la explosión, y se leyó una Declaración por la Paz. Además, se actualizó la lista de víctimas, que ahora asciende a 198,785 personas. La decisión de Estados Unidos de utilizar bombas atómicas contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki sigue siendo objeto de debate entre los historiadores, especialmente considerando que la guerra ya estaba casi ganada por los Aliados.
Este aniversario es un recordatorio del inmenso costo humano de la guerra y un llamado a la reflexión sobre el uso de armas de destrucción masiva.
