La química es más que una carrera, es una forma de entender el mundo y de contribuir al bien de la humanidad, así lo afirmó la maestra Juanita Alvarado Rodríguez, quien desde hace 25 años se desempeña como docente de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), y además, es reconocida por su amplia labor de difusión de la ciencia en la sociedad.
La científica -que egresó como Químico por la FCQ-, estudió la maestría en Ingeniería en la Facultad de Ingeniería de la UASLP; después realizó una especialidad en Fertilidad en Suelos y Nutrición Vegetal en el Instituto de Edafología y Nutrición Vegetal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid e impulsada por su espíritu inquieto, en la actualidad, cursa el Máster en Comunicación Social, en la Universidad de Almería, España.
Apasionada de su carrera, recordó en entrevista que su tesis realizada en 1977 sobre la contaminación de aguas residuales en la zona industrial de San Luis Potosí fue un parteaguas para continuar en este rubro. “Desde entonces, supe que quería aportar algo a la sociedad desde la ciencia. Me motivaba la posibilidad de generar conocimiento útil, de investigar, pero también de comunicar y compartir lo aprendido”, apuntó.
En ese andar, contó con figuras femeninas que marcaron su vida, desde su madre con su fortaleza cotidiana, hasta su profesora en la facultad, M.C. Mary Elliot Nolan Ramírez, quien le mostró que la excelencia académica podía ir de la mano con la calidez humana. Y por supuesto, la brillante científica Marie Curie, Premio Nobel de Física y de Química, a quien consideró “un faro de ciencia” para muchas mujeres.
“Las mentoras son fundamentales, inspiran, guían, y, sobre todo, abren caminos. Me siento profundamente comprometida con ser esa guía para las jóvenes que inician su camino científico”, afirmó. Asimismo, divulgó ciencia entre estudiantes del nivel medio superior en el interior del estado en el año 2010. Algunas de ellas hoy son exitosas profesionistas, docentes, o investigadoras en la industria.
Sobre sus intereses o líneas de investigación, Alvarado Rodríguez señaló que estos abordan el suelo, el agua y la biotecnología vegetal aplicada a la conservación del medio ambiente. Esto último, la llevó a trabajar en la propagación de cactáceas en peligro de extinción, un proyecto que fue galardonado en 2005 con el Premio “Francisco Estrada” de Divulgación Científica, en el Certamen 20 de Noviembre, organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.
Otro de los reconocimientos que ha recibido en su trayectoria es la Medalla Tlamatini, otorgada por Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (CENEVAL) en 2018. Es de resaltar que desde 2008 produce y conduce el programa “La vida es química”, que se transmite por Radio Universidad; donde también tuvo al aire “Espacio químico”. “Me interesa la intersección entre química, sostenibilidad y cultura. Creo en una ciencia que dialoga con otras disciplinas y con las necesidades reales de las comunidades”, comentó.
Al hablar de su mayor satisfacción como científica de la UASLP, subrayó que es el impulsar la formación de nuevas generaciones de mujeres en el ámbito de la investigación y fomentar la equidad en el acceso a la educación y al conocimiento. “Creo que una científica exitosa, ya sea en el mundo académico o en la industria, debería tener motivación por sí misma. Esto es lo que estoy tratando con mis estudiantes, que encuentren pasión en lo que hacen”, sostuvo.
Dijo que, aunque se han logrado avances, la integración de las mujeres en la ciencia ha sido un proceso con múltiples desafíos; por lo que consideró que todavía hay mucho por hacer para garantizar la equidad en el acceso a las diferentes disciplinas.
Por último, la maestra Juanita Alvarado Rodríguez envió un mensaje contundente a niñas y jóvenes que aspiran a estudiar ciencia. “Les diría que su curiosidad es un regalo, que no se dejen apagar por quienes les digan que esto no es para ustedes. Que los laboratorios, los libros y las ideas también pueden tener rostro de mujer y que mejor que iniciarlo desde la niñez; que se rodeen de personas que las inspiren y las reten; que sean curiosas; que no olviden se necesitan sus miradas, sus preguntas, su fuerza y sus ganas de querer ser en la ciencia”, concluyó.