Apple anunció este lunes que invertirá más de 500 mil millones de dólares en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, con el objetivo de fortalecer su producción nacional y generar 20 mil nuevos empleos en áreas clave como investigación, ingeniería, desarrollo de software e inteligencia artificial.
La compañía detalló en un comunicado que planea expandir la capacidad de sus plantas existentes y construir en 2026 una nueva fábrica en Houston, Texas, donde producirá servidores que anteriormente se fabricaban fuera del país.
Este anuncio llega pocos días después de que el presidente Donald Trump asegurara que Apple planeaba realizar una inversión masiva en territorio estadounidense, destacando su estrategia arancelaria como un factor clave para impulsar la economía del país.
LA POLÍTICA ARANCELARIA Y SU IMPACTO EN LAS EMPRESAS
Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta de presión comercial para incentivar la producción dentro de Estados Unidos. En este contexto, impuso un gravamen del 10% sobre bienes provenientes de China y amenazó con extenderlo a sectores estratégicos como los semiconductores, automóviles y productos farmacéuticos.
Para América del Norte, su gobierno anunció un arancel del 25% sobre todas las importaciones de Canadá y México, aunque decidió suspender la medida por un mes para dar espacio a negociaciones.
Según la administración Trump, el aumento de los costos de importación fomentará que las empresas trasladen su manufactura a territorio estadounidense. Sin embargo, los críticos advierten que estas políticas podrían generar incrementos en los precios para los consumidores.
APPLE Y SU PRESENCIA INDUSTRIAL EN EE.UU.
Actualmente, los proveedores de Apple fabrican componentes de silicio en 24 fábricas distribuidas en 12 estados, entre ellos Arizona, Colorado, Oregón y Utah.
La expansión de la compañía tecnológica refuerza su presencia en la manufactura estadounidense y responde a la creciente presión del gobierno para que las grandes empresas refuercen sus operaciones dentro del país.
El impacto de esta inversión podría tener implicaciones en la industria tecnológica global y en la cadena de suministro de Apple, que ha dependido en gran medida de la producción en Asia, especialmente en China.
