Hace ya unos ayeres, dentro de mi vida empresarial tuve la fortuna de visitar, hace 17 años, la ciudad de San Luis Potosí, que me pareció profundamente industrial, pues al llegar por carretera desde la Ciudad de México lo que primero te recibe es la zona fabril, que fue mi primer destino. Sin embargo, mi siguiente punto de escala y el cual cambió mi visión, fue el Centro Histórico, un lugar hermoso lleno de edificaciones coloniales de un esplendor absoluto.
Qué decir de una de las catedrales más hermosas que tiene este país, con esos retablos cubiertos de oro y arreglados de esta manera churrigueresca tan destacable. Como joya central de la corona, rematé mi día con la invitación a comer, por parte de mis anfitriones, a ese lugar de reciente apertura que estaba de moda. Llegamos al Almacén del Bife, una experiencia que volví satisfactoriamente a repetir este fin de semana.
Es reconfortante entrar a este lugar que evoca, y de manera afortunada, al estilo de Puerto Madero, en Buenos Aires, pero, sobre todo, el verdadero estilo porteño, con esa mezcla de los tradicionales asados, pero al mismo tiempo, de ese sentir semiitaliano que siempre se vive en esa parte sur del planeta.
Sin más y con el apetito a tope, pedimos varias de las viandas del menú, que es vasto sin ser exagerado. Empezamos con tres entrantes. La empanada de lechón que simplemente se rellena de carne con cebolla caramelizada, la cual se sirve frita y que puedes aderezar con un bien estructurado chimichurri.
Un básico del lugar son los chinchulines que, en mi caso, los pido tiernos casi al punto de dorado, pero que puedes meter entre dos rebanadas de pan con un poco de tomate y mayonesa para hacer un bocadillo exquisito y, finalmente y la favorita de mi mujer, la coliflor al horno, primero pasada por las brasas para darle un toque ahumado, aliñada con chile guajillo y, podría decir, algo de morita, y terminada con un poco de alioli cremoso, en verdad buena.
De plato fuerte, evidentemente, carne. Quisimos darle algunos matices para probar con gusto. Por mi parte, pedí la milanesa, pero sin adorno, es decir, el menú cuenta con dos versiones: parmesana, cubierta de alioli y parmesano, o la napolitana con su salsa de tomate y queso, pero en mi caso quería probarla sola y la realidad es que es una delicia así tal cual, acompañada de una muy generosa porción de papas fritas.
Carne tenía que ser, pero argentina, mejor si de eso se trata este lugar, por lo que pedimos un corte argentino que tienen en la carta, el Bife Ancho que para nosotros sería similar al corte americano New York, lo pedimos de 600 gramos para tres personas y fue bastante justo, pasadito de medio en cocción y acompañado de sus papas fritas trufadas con queso parmesano que, así como buenas, están bien servidas. Todo ello acompañado de una pizza de salmón, para equilibrar la proteína en este banquetazo.
De postre, y ya sin mucho espacio, el flan de rompope Don Coro, por supuesto, con unos minichurros encima, y el pastel de tres leches con merengue flameado. Café exprés el cual sí me quedó a deber, pues sabía un poco quemado.
De bebidas, tienen una de las mejores cartas de vinos de San Luis Potosí. Deben probar forzosamente el vino de la familia, “Nire Aita Fauno”, una mezcla de Cabernet Sauvignon, Merlot y Tannat, diseñado por el propietario de El Almacén.
En verdad, la experiencia de 17 años de trayectoria se nota, en un lugar que se ha consolidado en el gusto de los potosinos, pero más aún en el gusto de los mexicanos, ya contando con cuatro sucursales, en Guadalajara, Culiacán, León y Aguascalientes. Las calificaciones: comida 9, servicio 9.
Si gustan ir, no olviden reservar y buen provecho. Se encuentra en Vista Hermosa 116 Col. Jardín; San Luis Potosí, México, Reserva WhatsApp 444 683 3306.
