Por aquellos tiempos se concebía a SLP como un lugar que gravitaba
en el limbo, pues no figuraba ni para bien ni para mal en el mapa
nacional, toda vez que para nada se pensaba que podría ser plaza
atractiva para la delincuencia y más porque como lo dijo en su
tiempo de procurador de justicia, Roberto Leyva Torres, los robos
domiciliarios que se registraban por entonces en la ciudad no pasaban de ser “robos nixtamaleros” que en contadas ocasiones rebasaban los límites de la violencia, además de que como encargados de
velar por la seguridad de los potosinos se encontraban personajes
añorados por muchos como el comandante José Olivo Méndez Rico
y el legendario Miguel Naya Guerrero, quienes mantenían bajo control a los delincuentes.
Desafortunadamente con los cambios de gobiernos esa estructura de seguridad fue desmantelada, para dar paso a otros encargados que abrieron las puertas al crimen organizado, como siempre
se sospechó de Marco Antonio Novella, traído por el gobernador
Marcelo de los Santos, en cuyo ejercicio se suscitaron secuestros
de personajes destacados y asesinatos de jefes policiacos, como el
de Jaime Flores Escamilla. Además hechos tan alarmantes como la
incursión de un comando armado en la avenida Carranza, ametrallando gente. Así también se vio con recelo la complacencia del secretario general de gobierno de Fernando Toranzo, Cándido Ochoa.
En ese régimen, el crimen organizado prácticamente se adueñó de
esta plaza.
De ahí que la clasificación de la capital potosina como la segunda mejor ciudad del país para vivir haya hecho respirar con relativa
tranquilidad a los habitantes, pues los criterios en que se basó el
Instituto Mexicano para la Competitividad para catalogarla así se
fundaron en los niveles de seguridad, las oportunidades de educación y los atractivos para la inversión extranjera, lo que seguramente en algunos segmentos será puesto en tela de duda aunque no
podrán borrar el impacto causado por la divulgación de este logro
alcanzado por el trabajo conjunto del binomio Ricardo Gallardo-Enrique Galindo.
ALPISTEANDO
Ante los amparos promovidos por las grandes plazas comerciales
contra la gratuidad en sus estacionamientos, la prohibición de
cobrar en los mismos impuesta por la legislatura está en vías de
caerse, lo que echará por la borda algo de lo poco bueno que habían
hecho los diputados en beneficio de sus representados, nada nuevo,
por cierto…Además de la guerra de espectaculares para promocionarse, los aspirantes a las candidaturas que se repartirán en 2024
libran otra guerra, la de las encuestas, con el fin de proyectar la pagada impresión de que están bien posicionados en las preferencias,
además de las declaraciones triunfalistas en las que aseguran tener
con qué ganar las elecciones cuando no hay algo sobresaliente en
sus trayectorias.
Otra de las guerras que desatarán los políticos en busca de
“huesos” de elección popular será la de las redes sociales. Buscarán
influir en los votantes mediante contenidos insulsos, guerras de lodo
y promesas huecas, en muchas de las ocasiones con éxito, dado la
escasa preparación de los potenciales electores y, por que no decirlo,
su inclinación a consumir contenido “chatarra”. Ha sido a través de
estas herramientas como han destacado políticos sin sustancia, no
solo en SLP, sino en todo México e incluso en el mundo.