En el caso del mandatario estatal es evidente que no requerirá de que transcurra un año al frente del puesto para decirse capacitado para ejercerlo, como la mayor parte de sus antecesores recientes han esperado para poner manos a la obra y atender en forma los problemas del estado, tiempo que ocuparon en gran medida en quejarse de su inmediato antecesor, culparlo de todos los males que les aquejaban y acusarlo de ni siquiera haberlos dejado como a la Bartola, a la que cuando menos en la canción le dan dos pesos para el pago del teléfono y la luz, además de que los dejaron endeudados hasta la coronilla, cantaleta de la que hasta ahora RGC ha evitado cansar a los potosinos como lo hicieron los que pasaron por la gubernatura.
Asimismo, Gallardo denota saber con precisión el terreno que pisa a partir de que, sin esperar a que la federación empiece a soltar fondos a los estados, ya anunció un mega paquete de obras viales y de infraestructura, cuyo arranque está contemplado para el mes de enero entrante.
En lo que se refiere a su manejo político, es notorio que algo ha aprendido en la gubernatura, si se registra que las fuerzas que figuraban como resistencias a su arribo al gobierno las ha doblegado, como sucedió con el empresariado al que terminó de convencer con su compromiso de invitarlos a la ejecución de los grandes proyectos de obras de su administración, a lo que se agrega la ausencia de signos de ingobernabilidad en el estado ni la apertura de confrontaciones entre ninguno de los partidos políticos y su administración.
Para su vinculación con los que gobierna Gallardo no deja de apostar a las políticas públicas asistenciales que tan buenos resultados le dieron en el pasado, como la entrega directa de beneficios en especie o en efectivo a sectores vulnerables, a los que se suman la entrega gratuita de licencias de conducir y las placas vehiculares.
Por si ello no bastara, sus intenciones de sancionar los desfalcos e irregularidades financieras de la anterior administración han pasado a un bajo perfil a efecto de no dar la impresión de que se encuentra en franca persecución contra los responsables, lo que ha dejado en manos de las autoridades que tienen las demandas penales correspondientes.
A su vez, el alcalde Galindo Ceballos proyectó la impresión de estar por concluir su respectiva curva de aprendizaje, al no esperar hasta el mes de marzo para empezar a atender los problemas de la ciudad y ponerse a trabajar desde que anunció el proyecto de vialidades potosinas que, como mucho se ha dicho constituirá una auténtica cirugía mayor a la capital por los grandes problemas que resolverá en materia de vialidad e imagen urbana con lo que demostró conocer la gran problemática que debe enfrentar y solucionar de la que ya está bien enterado y prácticamente no requiere de más tiempo para conocerla y empaparse.
Por cierto en lo que atañe a acciones urgentes, buena impresión causó que personalmente haya seguido la rehabilitación y repavimentación de la avenida Chapultepec, cuyas condiciones de abandono han provocado decenas de trágicos percances, con el mejoramiento de la carpeta de rodamiento podrán evitarse problemas de los que con su proyecto de vialidades exhibió tener conocimiento, además de que también ha demostrado no tener la intención de ser un alcalde oficina como se ha visto en su participación en la limpieza y recolección de basura, en la recuperación de espacios públicos para recreación y deporte de la gente tanto como en echar brochazos de pintura a los puentes de la avenida Nava por lo que tampoco necesitará de más tiempo para conocer los problemas de la ciudad.