MONTERREY, N.L.— La espera terminó. Siete años después, Shakira volvió a México para reencontrarse con su fiel “manada”. Con la luna llena como testigo, la estrella colombiana inició anoche en Monterrey su esperado Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, ofreciendo un espectáculo cargado de energía, nostalgia y emoción.
A las 21:03 horas, el Estadio BBVA vibró con la imagen de la barranquillera proyectada en una pantalla gigante. Un ejército de bailarines la escoltó en su entrada, mientras el rugido de 49 mil fanáticos (cifra oficial de los organizadores) marcaba el inicio de una noche inolvidable.
UN VIAJE POR SU HISTORIA MUSICAL
Desde el primer acorde de La Fuerte, quedó claro que Shakira estaba lista para entregarse al público mexicano. “Buenas noches, Monterrey”, saludó, desatando una ovación ensordecedora.
La artista hizo un recorrido por su trayectoria de más de 30 años con una combinación de sus éxitos más recientes y aquellos que marcaron generaciones. Las de la Intuición provocó el primer coro masivo de la noche, con decenas de fans imitando su icónico look del videoclip. Sin embargo, fue Estoy Aquí la que elevó la euforia al máximo.
“Por fin, mi primera noche en este país, México”, expresó con emoción. “Este país que me abrió sus puertas y me acogió. Este país en el que siempre me he sentido en casa. Definitivamente no hay mejor encuentro de una loba con su manada mexicana”.
La presentación incluyó éxitos de distintos momentos de su carrera, desde la nostálgica Inevitable, donde tomó su guitarra, hasta himnos recientes como Monotonía, Te Felicito, TQG y Puro Chantaje. Cada interpretación estuvo acompañada de coreografías impecables y una producción visual impactante.
ENTRE CONFESIONES Y MENSAJES DE RESILIENCIA
Más allá del espectáculo, Shakira se mostró cercana y vulnerable. En medio de la noche, compartió un mensaje de fortaleza con su público.
“¿Ustedes saben lo que significa para mí estar aquí? No ha sido fácil porque de las caídas nadie se salva, pero si algo he aprendido es que la caída no es el final, sino el comienzo de un nuevo paso”, confesó.
Su hijo Sasha, aunque la acompañó en su visita a Monterrey, apareció en escena únicamente a través de la pantalla durante la emotiva interpretación de Acróstico.
El clímax de la noche llegó con Hips Don’t Lie, que hizo vibrar el estadio, y Waka Waka, que convirtió la cancha en una auténtica fiesta futbolera.
UN CIERRE EPICO Y UNA DEDICATORIA ESPECIAL
El desenlace del concierto fue explosivo. A las 23:14 horas, la colombiana cerró su presentación con Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53, el tema que marcó su resurgimiento tras su mediática separación de Gerard Piqué.
Así, con una mezcla de poder, emoción y gratitud, Shakira dejó claro que está más fuerte que nunca. La loba ha vuelto, y su rugido resuena más alto que nunca.