Cuestionada sobre el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, la Presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que no corresponde al Gobierno federal decidir sobre la permanencia o destitución de gobernadores. Durante su conferencia matutina, destacó que su Administración se enfoca en la protección de las familias y la promoción de la paz en todo el país.
“NO SOMOS COMO ANTES”
Sheinbaum desestimó las especulaciones sobre una posible intervención federal en Sinaloa. “Nuestra labor es ayudar, como Gobierno federal, para proteger a las familias de Sinaloa”, declaró. La Mandataria también subrayó que las decisiones sobre gobernadores no están en manos de la Presidencia.
“Había algunas columnas que insinuaban que era como en el pasado, cuando la Presidenta decidía quién se quedaba o quién se iba. Esa no es la labor del Gobierno federal”, afirmó Sheinbaum, haciendo un llamado a centrar los esfuerzos en garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
PROTESTAS EN CULIACÁN CONTRA EL GOBERNADOR ROCHA MOYA
Las declaraciones de Sheinbaum coinciden con una creciente ola de protestas en Sinaloa, donde miles de ciudadanos salieron a las calles de Culiacán para exigir paz y justicia, además de la destitución del Gobernador Rubén Rocha Moya, del partido Morena. Según estimaciones, cerca de 10 mil personas participaron en las marchas, el doble de los manifestantes reunidos días antes.
Los manifestantes, vestidos de blanco, expresaron su rechazo al Gobernador con pancartas que lo calificaban de “Narcogobernador” y gritos de “Fuera Rocha”. Incluso llevaron piñatas con el rostro del Mandatario estatal como símbolo de descontento.
UN ESTADO GOLPEADO POR LA VIOLENCIA
Sinaloa enfrenta una escalada de violencia derivada de enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa. En los últimos cuatro meses, el estado ha registrado cerca de mil desaparecidos y más de 800 asesinatos.
La reciente indignación social también se alimenta del asesinato de Antonio Sarmiento y sus hijos Gael y Alexander, de 12 y 9 años, un crimen que ha impactado profundamente a la comunidad. Por primera vez, las marchas incluyeron carteles con rostros de desaparecidos, lo que los ciudadanos antes evitaban por miedo a represalias de grupos criminales.
UNA CRISIS SOCIAL Y POLÍTICA EN ESCALADA
El descontento en Sinaloa pone en el centro del debate la capacidad del Gobierno estatal para garantizar la seguridad de sus habitantes. Mientras las protestas crecen, el Gobierno federal insiste en que su prioridad es trabajar en estrategias de paz sin intervenir en las dinámicas políticas locales. Sin embargo, la presión ciudadana y la violencia persistente seguirán siendo un desafío para las autoridades en los próximos meses.