Pfizer y BioNTech han enfrentado un revés significativo en su esfuerzo por desarrollar una vacuna combinada contra el COVID-19 y la gripe, ya que su vacuna no cumplió con uno de los objetivos clave en un ensayo de fase final. Este contratiempo es especialmente preocupante en un contexto donde Pfizer está luchando para compensar la disminución en las ventas de su vacuna contra el COVID-19, que se redujeron en un 70% en 2023.
El fracaso de la vacuna en generar una respuesta inmunitaria adecuada contra la cepa de la gripe B podría retrasar a Pfizer-BioNTech en al menos dos años, ya que necesitarán revisar y ajustar la fórmula, posiblemente iniciando un nuevo ensayo de fase 3. Esto pone a Pfizer en desventaja frente a Moderna, que ha tenido éxito en ensayos similares y ahora podría tomar la delantera en el mercado de vacunas combinadas.
Desde el punto de vista económico, este fracaso complicará aún más los esfuerzos de Pfizer por recuperar terreno en un mercado altamente competitivo, donde las combinaciones de vacunas contra enfermedades respiratorias se consideran una herramienta crucial para aumentar la adopción de vacunas y mantener la relevancia comercial.
En el ámbito legal, Pfizer también ha enfrentado desafíos, como el reciente caso de Amit Dagar, un exempleado que fue sentenciado a nueve meses de prisión por operar con información privilegiada relacionada con el anuncio clave de Paxlovid, el tratamiento de Pfizer contra el COVID-19. Este caso se enmarca dentro de una ofensiva más amplia del fiscal federal de Manhattan contra los delitos corporativos, poniendo de relieve la presión legal adicional sobre Pfizer en un momento crítico para la empresa.
Estos desafíos, tanto en el ámbito económico como legal, subrayan las dificultades que enfrenta Pfizer en su intento por mantener su posición en un mercado post-pandemia y al mismo tiempo, navegar las complejidades legales que surgen en el entorno corporativo.
