Montevideo.– El expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica falleció este martes a los 89 años, según informó el actual mandatario y dirigente del Frente Amplio, Yamandú Orsi, quien fue su más cercano colaborador político.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho, Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, escribió Orsi en su cuenta oficial en la red social X.
En enero de este año, Mujica había revelado públicamente que el cáncer que padecía se había extendido por su cuerpo y que, debido a su avanzada edad, había decidido no someterse a nuevos tratamientos. Días atrás, Orsi había solicitado respeto a la privacidad del exmandatario: “Todos debemos aportar a que en todas nuestras etapas de la vida la dignidad sea la clave. No hay que enloquecerlo, hay que dejarlo tranquilo”.
SÍMBOLO REGIONAL DE LA IZQUIERDA Y LA AUSTERIDAD
Mujica se convirtió en una figura emblemática de la izquierda latinoamericana gracias a su discurso anticonsumista, su cercanía con la ciudadanía y su estilo de vida modesto, que le valió el apodo del “presidente más pobre del mundo”, mote que él mismo rechazaba con ironía.
Durante su presidencia, entre 2010 y 2015, promovió reformas progresistas que ubicaron a Uruguay como referente regional en derechos civiles: legalización del matrimonio igualitario, despenalización del aborto y regulación del consumo de marihuana con fines recreativos, junto con políticas sociales destinadas a ampliar el acceso a la salud y a la educación.
DE LA LUCHA ARMADA A LA PRESIDENCIA
Nacido en Montevideo en 1935, Mujica inició su militancia en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana de izquierda activa durante los años 60. Fue arrestado en varias ocasiones y pasó casi 13 años en prisión, muchos de ellos bajo condiciones infrahumanas. Recobró la libertad en 1985, con la restauración de la democracia, e ingresó al sistema político a través del Frente Amplio, donde fundó el Movimiento de Participación Popular (MPP).
Con una retórica directa, alejada del protocolo, y una vida rural alejada del poder tradicional, Mujica supo construir una figura política única: residía en una pequeña chacra en las afueras de Montevideo, conducía un viejo Volkswagen escarabajo y donaba gran parte de su salario como presidente.
Su legado político y humano trasciende las fronteras uruguayas y deja una marca imborrable en la historia contemporánea de América Latina.