Miguel Bosé sigue demostrando su vigencia y magnetismo sobre el escenario. La noche del viernes, el Auditorio Nacional fue testigo de su retorno triunfal, dejando atrás los problemas de voz que lo alejaron del público durante casi una década. Ante 10 mil espectadores, según cifras de los organizadores, el intérprete revivió sus grandes éxitos en un espectáculo que combinó emoción, nostalgia y entrega absoluta.
UN REGRESO LLENO DE ENERGÍA Y CONEXIÓN
Eran las 20:40 horas cuando cinco músicos y tres coristas abrieron el escenario para dar paso a Bosé, quien apareció ataviado con un holgado traje blanco y calzado especial para artes marciales. Su capa, ondeante a cada movimiento, le confería un aire casi divino, mientras descendía por la escalinata central del escenario.
El repertorio arrancó con “Mirarte”, de su álbum Sereno, seguida de “Duende”, éxito de 1987, iniciando así un viaje musical que prometía una noche de emociones intensas.
“Buenas noches, México. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Estamos aquí para retomar un viaje que dejamos colgado en el tiempo. Es un viaje que nos pertenece a todos, lleno de recuerdos, de memorias que van a ir apareciendo en las canciones. Esta noche vamos a viajar”, expresó el artista, desatando la ovación del público.
UNA NOCHE INTERRUMPIDA POR LA ALERTA SÍSMICA
A lo largo del recital, Bosé mostró por qué su Importante Tour es clave en este momento de su carrera. En temas como “Bambú” y “Aire Soy”, el español derrochó ímpetu, mientras que sus coristas, que también fungieron como bailarines, le imprimieron dinamismo a la puesta en escena. En “Como un Lobo”, el artista utilizó su capa como un recurso escénico más, sumando dramatismo a la interpretación.
Sin embargo, pasadas las 21:20 horas, la alerta sísmica interrumpió la velada, generando confusión entre los asistentes mientras sonaba “Este Mundo Va”. Algunas personas desalojaron el recinto, aunque tras confirmar que no había peligro, Bosé retomó el espectáculo con su característico sentido del humor.
“Jamás en la vida, desde que me presento en el Auditorio Nacional, me había pasado semejante cosa, no sé ustedes. Mañana no se quejen de que este no ha sido una súper chingona producción. ¿Estamos bien? ¿Con ganas?”, preguntó, provocando la risa y el aplauso de la audiencia.
UN DESPLIEGUE ESCÉNICO QUE FASCINÓ AL PÚBLICO
Con un nuevo vestuario –un traje rojo con una larga cola bordada con rosas– Bosé dio paso a la sección más íntima de la noche. Baladas como “Olvídame Tú”, “Sevilla” y “Creo en Ti” inundaron el recinto con un aire de melancolía y romanticismo.
Uno de los momentos más ovacionados llegó con “Morena Mía”, que puso a vibrar nuevamente el Coloso de Reforma. El intérprete, con cuatro conciertos programados en la Ciudad de México –dos en marzo y dos en abril, todos con boletos agotados–, dejó claro que su energía sigue intacta. Aunque en algunos momentos carraspeó para aclarar la voz, su entrega y presencia escénica compensaron cualquier dificultad vocal.
Al filo de la medianoche, los acordes de “Si Tú No Vuelves” y “Amante Bandido” marcaron el desenlace de un espectáculo que dejó a su público con la certeza de que Miguel Bosé sigue siendo una de las figuras imprescindibles del pop en español.