A Juan José González, Juanjo, le gustaba mucho conversar; era de risa sencilla y muy tratable. Le tenía un cariño muy peculiar al apodo que lo caracterizó durante su gigantesca carrera como fotógrafo: Maestro.
Como en otros casos, Juanjo empezó, por manejo empírico, a retratar las cosas en las fotografías que, por décadas, capturó en la cotidianiedad y en lo que, en realidad, fue su pasión como hombre cámara en los eventos sociales. Como relataba en las noches de viernes, era ir a fotografiar la noche.
El Maestro falleció a los 61 años de edad el jueves pasado, después de complicaciones en las vías respiratorias que arrastraba desde finales del año pasado.
Pero la fotografía no fue la única de las pasiones que tuvo nuestro personaje. También era un declarado músico; le gustaba, en ocasiones, durante sus noches de cobertura de sociales, acompañar con el bajo las presentaciones que había de variedad en el desaparecido restaurante Pueblo Bonito, en la carretera salida a Guadalajara. También tocaba la guitarra. En su casa, en varias veladas, gustaba de las charlas ambientadas por música de Michael Jackson, Queen, Van Halen, Bee Gees, George Michael, y, de sus máximas preferencias, The Beatles y Eric Clapton.
Como una costumbre suya, hacia las 12:00 o 1:00 horas, una parada obligatoria era afuera de lo que fue la discoteca La O.
Ahí, se acompañaba con un cigarrillo y marcaba las fotografías para la entrega al día siguiente.
La carrera de Juanjo lo hizo recorrer varios medios de comunicación potosinos, desde Momento, donde platicaba el susto que le representó la incursión de agentes de la Procuraduría General de la República; su paso por Pulso por las diferentes fuentes, hasta consolidarse en la de Sociales, en equipo con el editor Juan Antonio García Cardona; y Exprés, donde plasmó su trabajo con profesionalismo.
Enero era un mes muy suyo, lo decía, le gustaba mucho ir y le tenía cariño también a la Feria de León, Guanajuato. En el traslado por carretera, por el aún inoperante libramiento de Villa de Reyes, y ya dentro del territorio de San Felipe, platicaba con alegría que los viajes eran musicales, y destacaba Caminos de Guanajuato, autoría de José Alfredo Jiménez.
Divertido en su trabajo, al ver por la mirilla de la cámara con sus ojos verdiazules, soltaba un comentario que sugería su habitual sencillez: "Yo solo soy un push a botones."
Juanjo, el fotógrafo. Juanjo, el Maestro.
