Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y figura clave en la creación del grupo paramilitar Los Zetas, ha sido liberado tras cumplir 21 años de una sentencia de 25 años en una prisión de máxima seguridad en Terre Haute, Indiana. Cárdenas Guillén, arrestado en 2003, fue considerado en su momento uno de los narcotraficantes más peligrosos y temidos del mundo, responsable de una ola de violencia en la frontera entre México y Estados Unidos que dejó miles de muertos.
A pesar de la gravedad de sus crímenes, que incluían narcotráfico, lavado de dinero y amenazas a oficiales federales estadounidenses, Cárdenas Guillén no cumplió la totalidad de su condena, originalmente programada para concluir en noviembre de 2028. Su sentencia también incluyó una multa de 50 millones de dólares, una cifra que reflejaba la magnitud de su influencia y riqueza acumulada a través de actividades ilícitas.
El caso de Cárdenas Guillén contrasta fuertemente con el destino de muchos jóvenes atrapados en la red del narcotráfico, como los ejemplos mencionados por la juez durante su sentencia en 2010. Jóvenes que, a cambio de pequeñas sumas o por la desesperación de buscar una mejor vida, terminan en la cárcel por delitos menores comparados con las acciones de líderes como Cárdenas Guillén, quienes vivían en un lujo relativo mientras dirigían imperios criminales.
