La situación con respecto a las declaraciones de Ken Salazar y la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador marca un punto de tensión en las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, así como con Canadá. La "pausa" en la relación que AMLO ha anunciado parece ser una medida de protesta ante lo que considera una interferencia en los asuntos internos de México, específicamente en la propuesta de reforma judicial que busca que jueces y magistrados sean elegidos por voto popular.
La postura del embajador de Canadá también refleja la preocupación de los inversionistas extranjeros sobre cómo esta reforma podría impactar la seguridad jurídica en México. A pesar de estas tensiones, AMLO ha reiterado que su relación con el presidente Joe Biden sigue siendo positiva, lo que sugiere que esta "pausa" es más un desacuerdo puntual que una ruptura total en las relaciones bilaterales.
Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, también ha mostrado su apoyo a esta reforma, lo que indica que podría ser un tema central en su futura administración.
La respuesta del embajador Ken Salazar subraya la delicadeza de la situación y el enfoque que Estados Unidos está intentando mantener en torno a la reforma judicial en México. A pesar de las declaraciones firmes de AMLO sobre poner en "pausa" las relaciones con las embajadas de Estados Unidos y Canadá, Salazar ha enfatizado que su intención es continuar el diálogo en un marco de respeto a la soberanía de México.
El embajador también ha expresado que sus preocupaciones se centran en el posible impacto de la elección directa de jueces, señalando el riesgo de que el crimen organizado pueda interferir en el proceso y los desafíos que esto podría presentar para la democracia. A pesar de las tensiones actuales, Salazar parece estar abogando por un enfoque colaborativo y constructivo para abordar las diferencias entre los dos países.
