La reforma judicial que muy probablemente será aprobada por la próxima legislatura federal será un retroceso en materia de justicia y de derechos que tomará años revertir, dijo en entrevista el abogado potosino Manuel González Matienzo.
El expresidente de la Barra de Abogados Capítulo SLP, dijo que “será la politización de la justicia, se acabarrá con el sistema que llevamos años construyendo en México, donde ser juez es una aspiración que implica años de preparación y estudio para cualquier abogado”.
Comentó que elegir a jueces, magistrados y ministros por votación popular, tal y como pretende el proyecto de reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador, lejos de terminar con los problemas de impartición de justicia en el país, los agravará aún más.
“Hoy en día, llegar a ser juez o ministro es un proceso de décadas, cualquier abogado que aspira a ese tipo de posiciones sabe que debe prepararse y estudiar por años. Los perfiles de las personas juzgadoras son muy técnicos y específicos”.
Sin embargo, la manera en que está planteada la reforma, no acota los perfiles de quienes pueden postularse a estos cargos, sino que permite que cualquiera pueda aspirar a ellos.
“Se va a politizar un proceso que debería ser técnico”, dijo.
El especialista en temas jurídicos y socio fundador del bufete González Carrillo y Matienzo, dijo que las comparaciones que se han hecho con el modelo estadunidense para justificar la propuesta morenista son desproporcionadas, “pues estamos hablando de dos formas de hacer derecho completamente distintas”.
“Es cierto, hay lugares en Estados Unidos, donde se eligen jueces por votación, pero ha sido un proceso paulatino de años, y sólo en ciertos estados y en ciertos cargos, lo que se pretende en México es descomunal, pues es elegir a toda la infraestructura judicial federal mediante votación”.
“Estamos hablando -puntualizó- de más de 250 tribunales colegiados, sin contar con los jueces de distrito, hay que pensar en el costo que eso implicaría, además del tema de fondo: estarías desechando, de un día para otro, a los jueces que llevan años preparándose y especializándose en la carrera judicial”, afirmó.
SOLUCIÓN POLÍTICA A PROBLEMA TÉCNICO
Quienes defienden la reforma, argumentan que el poder judicial está corrompido a tal grado que es imposible confiar en las personas encargadas de impartir justicia; por eso, es necesario una reforma que “ciudadanice” o “democratice” a este poder.
Para Manuel González Matienzo, esto es una “generalización injusta” que no analiza los problemas de fondo ni los matices en los órganos judiciales del país.
“No existen modelos de justicia perfectos, ni siquiera en los países desarrollados; este tipo de problemas que tenemos en México, deben atacarse desde el punto de vista técnico, con capacitación, infraestructura, recursos, combate a la corrupción; pero lo que hace la reforma es solucionarlo mediante un discurso político y demagógico, y se usa el pretexto de que los elija el pueblo”.
“Esto ocurre -añadió- en un contexto político hegemónico, donde las oposiciones legislativas están disminuidas y un partido dominante quiere imponer esta reforma”.
AÑOS PERDIDOS
Finalmente, González Matienzo lamentó que los esfuerzos de los últimos años por promover fiscalías, órganos autónomos y jueces mejor preparados se estén borrando de un plumazo, con una reforma que será un retroceso histórico para la impartición de justicia.
“Regresar a un sistema judicial de preparación, capacitación, independencia y servicio civil de carrera, tomará años, muchos años. Si esto se aprueba entraremos a un retroceso que será muy difícil revertir”.
