A un mes de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López , el “Chapito”, la violencia en Sinaloa, así como en el resto del país no se ha incrementado de un modo importante, “los 10 homicidios ocurridos recientemente en ese estado son parte de la inercia de criminalidad que lleva décadas azotando al país”, dijo en entrevista el experto en seguridad, Javier Oliva.
El 25 de julio, autoridades de Estados Unidos detuvieron a estas dos figuras centrales del Cártel de Sinaloa, acusados de operaciones delictivas como jefes de dos de las organizaciones de narcotráfico más poderosas y mortíferas del mundo.
Al respecto, hace unos días, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, reveló que al menos 10 homicidios ocurridos durante el fin de semana pasado en la entidad están vinculados a disputas derivadas de la detención del “Mayo” Zambada y “Chapito”.
No obstante, Javier Oliva dijo que esto forma parte del clima de violencia que México ha vivido los últimos 18 años, el cual se agudizó en este sexenio, “el gobierno de López Obrador concluirá como el más violento de la historia, con la mayor cantidad de homicidios dolosos”.
Sostuvo que organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa están preparadas para resistir la ausencia de sus líderes, “se construyen a partir de redes familiares muy sólidas y dirigencias que se van heredando, estaban preparadas para el día que estos personajes faltaran, especialmente el Mayo”.
DISPUTAS “NORMALES”
El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM dijo que hasta el momento no se sabe de una pugna interna entre las dos familias que lideran el Cártel de Sinaloa.
Tampoco se ha visto que los enemigos de esta organización estén aprovechando la ausencia de los dos líderes para tomar mayor control y pelearles más territorio.
“Su mayor enemigo es el Cártel Jalisco Nueva Generación y no hemos visto que en las regiones donde este grupo opera la violencia se haya recrudecido de un modo especial”.
De acuerdo con Oliva, en el último mes hubo dos hechos significativos relacionados con la detención de “El Mayo” y el “Chapito”.
Por un lado, el abatimiento por parte del ejército, de Aureliano “El Guano” Guzmán Loera, hermano del “Chapo” Guzmán y principal líder de la facción “Cartel del Guano”, una rama de Cártel de Pacífico.
Y por otro, la destrucción del mausoleo de la familia de Dámaso López Núñez, conocido como “El Licenciado” e integrante del Cártel de Sinaloa, preso en Estados Unidos.
“Este último es un acto de violencia simbólica que nos habla de los enfrentamientos entre grupos criminales, pero es parte de la misma inercia que no hemos podido contener en muchos años”.
UN FUTURO INCIERTO
El especialista reiteró que es imposible vaticinar “hacia dónde iremos en materia de seguridad” durante los próximos años.
“Cualquier pronóstico será especular, necesitamos esperar a ver cómo se mueven las cosas”.
Respecto a lo que podría ocurrir tras el cambio de sexenio, Javier Oliva dijo que será necesaria una revisión y ajuste de la estrategia del gobierno federal, “luego del estrepitoso fracaso de esta administración”.
“Debemos evaluar y replantear el papel de la Guardia Nacional, la participación del ejército y el debilitamiento que hubo de las corporaciones estatales y municipales, pues de seguir así, lo que sí podemos asegurar, es que la violencia seguirá aumentando”, finalizó.
