La lección que dejó el prolongado estiaje más severo que ha resentido San Luis Potosí en los últimos años, mitigado por los efectos de la tormenta tropical Alberto, son que aún falta compromiso y responsabilidad, en la gestión adecuada y eficiente del agua disponible, la cual enfrenta como principal problema, el que se pierde de manera regular el abasto existente.
Para Joel Félix Díaz responsable de la gerencia estatal de la Comisión Nacional del Agua, los retos de mejoramiento, están en un mejor aprovechamiento, la que es destinada al consumo de la población, utilizan solo 19 por ciento, contra una pérdida del 50%. Además, es común la contaminación que propician de los ríos y afluentes, con materia orgánica.
En las actividades agropecuarias hay una enorme pérdida, sobre todo en la región Huasteca, porque son utilizadas prácticas obsoletas en los sistemas de riego, como es por gravedad, lo que genera un enorme desperdicio, consume volúmenes muy altos, con impactos en ríos y afluentes, y es poco competitivo.
Dijo que mientras tanto, la industria turística, no regulada ni detenida, provoca deforestación de parajes naturales, también causan graves problemas de contaminación y afectaciones en las zonas en riveras de los ríos.
El funcionario federal expuso que la sequía que comenzó con más severidad, en el 2019, es la peor que ha registrado SLP en los últimos 70 años, lo que afectó a todos los sectores y los usos aplicados al agua.
